Por Francesca Cid, encargada de Vinculación de Centro Ceres, y Margot Flores, encargada de Educación Ambiental de la Dirección de Medioambiente de la Municipalidad de Quillota.
La Educación Ambiental (EA) se ha convertido en un aspecto fundamental en la actualidad, especialmente en un contexto donde nos enfrentamos a uno de los desafíos ambientales más críticos de la historia. El aumento de la temperatura global es una consecuencia directa de nuestro modelo de vida, caracterizado por la industrialización y una economía lineal que ha incrementado significativamente las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Esta situación ha dado lugar al Cambio Climático (CC), cuyas manifestaciones ya son evidentes a nivel global, con amenazas climáticas cada vez más intensas y destructivas.
Por ello, es de suma importancia fomentar una cultura ambiental a través de la EA, con el fin de que la comunidad adopte hábitos más sostenibles. Solo de esta manera podremos garantizar que las futuras generaciones hereden un planeta saludable para habitar.
A continuación, se presentan cinco estrategias clave o tips para promover la educación ambiental en la comunidad:
1- Generación de redes colaborativas:
Para fomentar comunidades más sostenibles, es fundamental generar colaboración activa entre distintos actores del territorio (Gobiernos locales, establecimientos educativos, organizaciones comunitarias, etc.), esto permite desarrollar acciones mancomunadas que favorezcan a largo plazo la generación de una cultural medioambiental. Este enfoque integral permite que los proyectos se desarrollen de manera colaborativa, optimizando los recursos y esfuerzos para mejorar la calidad de vida en el territorio. Además, favorece la recuperación de espacios para la participación comunitaria y el aprendizaje colectivo, fortaleciendo el compromiso local con la sostenibilidad ambiental.
2- Promover espacios educativos al aire libre:
El trabajo al aire libre permite situar el conocimiento y dotar a los contenidos de realidad. Además, favorece valores como el compañerismo, el esfuerzo y el respeto por la naturaleza. Este enfoque facilita una comprensión más profunda de los problemas y soluciones ambientales, promoviendo la conexión directa con la naturaleza. Además, al involucrar a los participantes en actividades lúdicas – educativas, se despierta el interés y el respeto por el medio ambiente, fortaleciendo su compromiso con la conservación sostenible.
3- Educación para la acción:
La educación ambiental debe tener el foco en promover la acción y con ello el cambio. Es necesario en este proceso entender el contexto en que se promueven estas acciones, las acciones deben pensarse desde el contexto de acción.
4- Con foco en la comunidad y no solo en los niños y niñas:
Si bien, es fundamental el trabajo con la infancia, en el contexto actual es importante orientar las acciones hacia la comunidad en general, fomentando espacios intergeneracionales que promuevan el diálogo de saberes, y el intercambio de herramientas que ayuden a la ciudadanía a enfrentar los problemas ambientales. En este contexto, la educación ambiental continua desempeña un papel fundamental al proporcionar a los ciudadanos las herramientas necesarias para comprender, abordar y mitigar los impactos ambientales, mejorando su capacidad de adaptación y respuesta antes fenómenos climáticos extremos, asegurando un entorno más sostenible para las generaciones venideras.
5- Trabajo curricular:
Incorporar la EA en el currículo de los EE y jardines infantiles es fundamental para fomentar el desarrollo de una comunidad más sostenible. Este enfoque transversal permite que los estudiantes reconozcan la relevancia de los problemas ambientales en todos los aspectos de su vida, favoreciendo un aprendizaje integral que facilita la comprensión de las interconexiones entre los sistemas naturales, sociales y económicos. Además, la integración de la educación formal y no formal fortalece el conocimiento tanto de las problemáticas ambientales como de las soluciones innovadoras, las cuales a menudo son impulsadas por los jóvenes, quienes se posicionan como agentes clave del cambio. Este enfoque holístico potencia la capacidad de los estudiantes para analizar de manera crítica los desafíos ambientales y proponer soluciones creativas y viables, contribuyendo así a la formación de ciudadanos comprometidos con la sostenibilidad.