Nodo CIV-VAL: una contribución al desarrollo de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación desde los territorios.
Por Etienne Choupay, director del Nodo CIV-VAL y director de Incubación y Negocios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso | 04 de enero de 2022
Potenciar la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación (CTCi) en los territorios se ha convertido en un desafío urgente, especialmente al vivir una pandemia y enfrentar grandes problemáticas mundiales, como el calentamiento global y la escasez hídrica. En ese escenario, es fundamental el trabajo que estamos realizando en Chile los cinco nodos macrozonales para acelerar el impacto territorial de la CTCi, con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID).
Desde el Nodo CIV-VAL, conformado por ocho universidades y centros de investigación de las regiones de Valparaíso y Coquimbo (PUCV, UV, USM, UCN, ULS, CREAS, CEAZA y CINV), hemos trabajado con el propósito de construir una hoja de ruta participativa, que busca co-definir una estrategia que nos oriente —a través de iniciativas piloto que implementaremos desde 2022— a fortalecer y acelerar el impacto territorial de la CTCi en la Macrozona Centro. Esto se ha logrado a través del trabajo colaborativo de investigadores/as, académicos/as y representantes del sector público, privado y la sociedad, quienes han participado en talleres y mesas temáticas para identificar capacidades, brechas y definir desafíos en las áreas prioritarias: Alimentos, Biodiversidad y Recursos Hídricos.
Gracias a este trabajo mancomunado, se ha logrado posicionar al Nodo CIV-VAL como un actor relevante, que tiene el desafío de transformarse en una entidad articuladora entre los distintos actores del ecosistema macrozonal para el desarrollo de la CTCi, especialmente con la ciudadanía y el sector productivo. Por lo mismo, durante este primer año, hemos establecido un diálogo honesto y participativo que ha permitido que los actores locales, en representación del territorio que habitan, propongan acciones para un desarrollo descentralizado de la ciencia y la tecnología.
Para enfrentar los desafíos que se vienen en 2022, necesitamos seguir conociéndonos y establecer relaciones de confianza para generar capital social y establecer un sistema nacional de CTCi donde el ser humano sea el principal beneficiado. Esto significa un compromiso de todos los actores, con una visión común de pertenencia con el país, el territorio y las localidades. Estamos en un punto de inflexión frente al inicio de un nuevo período de Gobierno y expectantes del trabajo de la Convención Constitucional. Por lo mismo, desde el Nodo CIV-VAL continuaremos trabajando para relevar el rol de la ciencia en los territorios como un derecho para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, con el único sueño de contribuir a un mejor país y una sociedad más inclusiva.
Su población se encuentra entre la IV y VII región, siendo Valparaíso donde se concentra mayormente con más de 62 mil ejemplares.
La palma chilena (Jubaea chilensis) es la única palma no tropical y también la más austral del mundo. Sin embargo, y debido a diversos factores, su población pasó de una población de más de 5 millones durante el siglo XVI, a solo 120.00 ejemplares en la actualidad. Su situación es tan delicada que, según el estudio realizado por los profesores del Instituto de Biología, Dr. Francisco Fonturbel, Sebastián Cordero y Francisca Gálvez, esta especie podría verse extinta en las próximas décadas.
La proliferación de la especie depende principalmente del proceso de dispersión de semillas, lo que es catalogado como un proceso crítico para la reproducción y regeneración de las plantas, pero que, en el caso de la palma chilena se ve afectado fuertemente por factores de estrés antropogénicos que interrumpen el proceso de dispersión de semillas en alguna de sus etapas. Según lo manifestado por el Dr. Fonturbel, la dispersión de las semillas es importante, dado que: “es un proceso importante para la reproducción de las plantas, que juega un papel clave en el funcionamiento y la dinámica de las comunidades. Además, permite a las plantas evadir la competencia con otros individuos de la misma especie, y así evitar que se reproduzcan con sus parientes”
La evidencia recolectada ha demostrado que los problemas de regeneración de esta planta son causados mayoritariamente por factores antropogénicos, como roedores exóticos y conejos, quienes depredan las plántulas y semillas. Este fenómeno se hace más evidente en el Palmar de El Salto, qué está cercano a centros poblados de Viña del Mar, donde se suma además el impacto por la urbanización y también por animales domésticos.
Para revertir este complicado escenario, los investigadores de la PUCV proponen un cambio en su categoría, pasando la Jubaea chilensis de vulnerable a peligro crítico, con lo que sería catalogada como una especie de alto riesgo de extinción en estado silvestre. Según ha detallado el académico del Instituto de Biología, esta indicación se basa en que: “el estudio publicado sugiere este cambio de categoría debido a que la palma chilena presenta poblaciones envejecidas con escasa o nula regeneración y, además, existen diversas presiones antropogénicas que amenazan su persistencia”.
En la misma línea, el académico de la PUCV sostiene que este cambio por sí solo no sería suficiente para revertir el problema y que hacen faltas medidas adicionales. Sin embargo, cree que subirla de categoría, representaría un avance en el reconocimiento de la inminente amenaza de extinción que enfrenta esta especie. Señalando además que: “con ello podríamos contribuir a priorizar recursos y esfuerzos mediante el desarrollo de planes y manejos de conservación. Este cambio es más un llamado de atención a las autoridades para tomar acciones urgentes respecto a esta problemática y también generar conciencia en la sociedad al respecto”.
Si bien el escenario es complejo, aún ha medidas que se pueden tomar para poder ayudar en la recuperación de la Jubaea chilensis. Al respecto el Dr. Fonturbel mencionó que: “el uso de mallas de exclusión podría reducir significativamente la herbivoría de los conejos sobre las plántulas” agregando, además: “Por último, la medida más relevante sería incrementar los esfuerzos de reforestación mediante la plantación de palmas jóvenes de al menos 4 años, ya que estas son menos susceptibles al daño causado por conejos y vacas. En conjunto, estas acciones contribuirían a recuperar las poblaciones existentes y evitar un destino oscuro para esta emblemática especie”.
Fuente Facultad de Ciencias PUCV
Alcalde de Coquimbo, Alí Manoucheri, destacó en su visita al Campus de la UCN que “los vínculos entre nuestra comuna y la Universidad son fundamentales para nuestros vecinos”.
Planificar un trabajo en conjunto que contemple iniciativas en beneficio de la comunidad coquimbana y genere oportunidades para estudiantes universitarios o recién egresados, es lo que busca una alianza estratégica entre la Universidad Católica del Norte y el Municipio de Coquimbo, la cual fue anunciada este lunes tras un encuentro entre el Rector de la UCN, Dr. Rodrigo Alda Varas y el Alcalde de Coquimbo Ali Manoucheri.
Ambas autoridades, acompañadas de sus equipos técnicos, realizaron un recorrido por el campus Guayacán de la UCN y manifestaron su voluntad de colocar a disposición las capacidades académicas, técnicas y municipales, con el objetivo de consolidar los lazos colaborativos que tendrán un impacto positivo en la ciudadanía; especialmente en el área de la Salud, desarrollo de emprendimientos, e iniciativas conjuntas en beneficio de los y las adultos mayores.
“Hemos levantado una agenda amplia de temas, y una serie de iniciativas que nos van a permitir ir generando valor compartido, por ejemplo con estudiantes que estén en prácticas o trabajos de capstone Project para resolver algún tipo de requerimiento del gobierno local”, dijo el Dr. Alda Varas.
Además informó, que se conversó sobre metas más ambiciosas en el largo plazo que incluyen inversiones en beneficio de los habitantes del territorio, especialmente del sector Guayacán.
Por su parte, el Alcalde resaltó que el vínculo entre la Universidad y el Municipio es muy importante para su gestión.
“Para nosotros es muy importante poder estar acá y generar un trabajo compartido con la universidad. Sabemos que desde los distintos campos y carreras que imparten se obtienen herramientas que en un futuro podemos trabajar y así potenciar distintas áreas del Municipio”, acotó Manouchehi.
Por último, recalcó que obtener una mirada técnica profesional y generar oportunidades para los profesionales de la comuna puerto, es fundamental.
“Sabemos que solos no podemos y la política de trabajar colaborativamente será de provecho para nuestros habitantes”, expresó.
El Alcalde, recorrió las dependencias de la UCN, conociendo el Centro de Simulación Clínica de la Facultad de Medicina, y los laboratorios de la Facultad de Ciencias del Mar.
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Los/as participantes reflexionaron en torno a diversos desafíos, de cara al año 2022, que permitirán vincular la ciencia y tecnología con las necesidades de las empresas y la sociedad.
Hasta el Centro Integral de Atención al Estudiante de la Universidad de Valparaíso llegaron, el pasado miércoles 15 de diciembre, diversos representantes de las instituciones que conforman el Nodo CIV-VAL, junto a actores clave del entorno socioeconómico de la región de Valparaíso, con el objetivo de consolidar una red de colaboración que contribuya a la articulación y apropiación de la CTCi en la Macrozona Centro.
Durante la actividad, los/as participantes compartieron y reflexionaron en torno a diversos desafíos, de cara al año 2022, que permitirán vincular el trabajo realizado por el Nodo CIV-VAL con las necesidades de las empresas y emprendimientos de base científica y tecnológica, y la sociedad civil.
Para comenzar, Etienne Choupay, director del Nodo CIV-VAL y director de Incubación y Negocios de la PUCV, presentó los avances de esta iniciativa, que es financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID) y ejecutada por la UV, PUCV, USM, UCN, ULS, CINV, CEAZA y CREAS.
“El principal objetivo es invitarlos/as a reflexionar y discutir cómo queremos que nuestra macrozona centro se desarrolle. Deseamos contar con la opinión de distintos actores relevantes, que nos permitan definir cómo podemos dirigir los esfuerzos de la CTCi para potenciar los territorios a través de nuestra hoja de ruta”, explicó Choupay.
La reunión también contó con la participación de la seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Centro, María José Escobar, quien aseguró que “muchas veces cuesta vincular la ciencia con los diferentes actores y, en ese escenario, el rol del Nodo CIV-VAL es fundamental. Es importante cómo vamos complementando el trabajo, los aprendizajes y la sinergia para acercarnos más a lo regional, y así el Nodo siga posicionándose como un actor relevante”.
Del mismo modo, Karina Aguilar, jefa de desarrollo gremial y estudios de ASIVA aseguró que “el principal desafío es cómo nos articulamos entre nosotros mismos para poder generar un trabajo conjunto que nos lleve a conocernos y vincularnos, que es el principal desafío que existe para llevar a cabo estos proyectos”.
Por su parte, Juan Carlos García, director ejecutivo del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso dijo que “el trabajo de redes de conocimiento entre los actores es un primer paso fundamental. El gran desafío es definir, durante el próximo año, cuál es la institucionalidad adecuada que se requiere para estos fines, sumar esfuerzos con otros que están haciendo trabajos similares y construir confianzas para obtener logros en el corto, mediano y largo plazo”.
Es importante recordar que, anteriormente, el Nodo CIV-VAL llevó a cabo una actividad similar en La Serena en el mes de noviembre. De este modo, se seguirá trabajando en la implementación de una hoja de ruta, que busca co-definir una estrategia que oriente, a través de iniciativas piloto, a fortalecer y acelerar el impacto territorial de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación en la Macrozona Centro.
La actividad, organizada por la Red de Gestores Tecnológicos de Chile, reunió en Viña del Mar a representantes que trabajan en el mundo de la innovación y transferencia tecnológica, convocando, además, a autoridades, investigadores y emprendedores nacionales.
El rol de innovación durante tiempos de pandemia y la relevancia de la ciencia y tecnología en la nueva Constitución fueron algunos de los temas abordados en el XX Encuentro de la RedGT, jornada de dos días que contó con la participación del Nodo CIV-VAL.
Durante la actividad, que se llevó a cabo en las sedes de Viña del Mar de las universidades Adolfo Ibáñez y Andrés Bello, diversas autoridades, emprendedores, representantes de empresas y gestores tecnológicos se reunieron para compartir experiencias y abordar desafíos y oportunidades que promuevan la ciencia, tecnología e innovación como motor de desarrollo del país.
En ese sentido, el encuentro contó con la exposición de Etienne Choupay, director del Nodo CIV-VAL y director de Incubación y Negocios de la PUCV, quien dirigió una ponencia denominada “Nodo CIV-VAL y su rol en la aceleración del impacto territorial de la CTCi en la macrozona centro: Oportunidades y Desafíos”.
Paneles y presentaciones
El primer día del encuentro se llevó a cabo en la Universidad Adolfo Ibáñez, iniciando con el panel “La Innovación y el trabajo colaborativo en tiempos de pandemia”, que contó con la subsecretaria de ciencia, Carolina Torrealba; Macarena Rosenkranz, Directora de la Oficina de Transferencia Tecnológica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), en representación del CATI de la región de Valparaíso; Santiago Browne y Esteban Riquelme, Project Manager y Business Developer (respectivamente) de la empresa Kura Biotech; actividad moderada por Santiago Prat, Director de RedGT y Jefe de Asuntos Jurídicos de la Universidad de los Andes.
Posteriormente, se desarrollaron charlas técnicas de los auspiciadores del evento: Moureen Valdés de la consultora NewGenesis y Agustin Longton del estudio jurídico Clarke&Modet. A continuación, el panel “Desafíos y aprendizajes de las EBCTs (empresas de base científico tecnológicas) locales”, que contó con la participación de Marcos Goycoolea, académico UAI y miembro de la EBCT de la UAI Alicanto Labs; Ignacio Contreras, CEO de LANEK (EBCT de la UTFSM) y Paulo Escobar, CEO de Bio insumos Nativa (EBCT de la UTalca- U Concepción); panel moderado por Leonora Romero, Directora Alterna de RedGT y Directora de Desarrollo y Gestión Tecnológica de la Vicerrectoría de Investigación y Doctorado de la UNAB.
El segundo día, con sede en la Universidad Nacional Andrés Bello, contó con la presentación de “Nueva Constitución y Rol de la Ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación”, de Jorge Fuentes, representante de la Comisión Constitucional de RedGT; quien mostró el trabajo de socios y socias para generar un documento posicional de la Red en torno a la ciencia, tecnología e innovación que será presentados ante la convención constitucional.
El encuentro cerró con el Workshop “Desafíos y articulación del ecosistema de innovación, una mirada al 2025”, que contó con las exposiciones de María José Bravo, Jefa de la Oficina Estudios y Estadísticas del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y Sandra Díaz, Fundadora y CEO de la consultora de Innovación Ematris; además de contar con la participación de Varinka Farren, Directora Ejecutiva de Hub APTA; Ignacio Merino, Director Ejecutivo de HubTec, con la presentación “Estudio de impacto de los Hubs de transferencia tecnológica de Chile”.
Finalmente, se suma la exposición de Patricia Muñoz, Subdirectora de Redes, Estrategia y Conocimiento de ANID sobre “Desafíos en Innovación, transferencia tecnológica y emprendimiento”; de Elizabeth Zapata, Directora de Desarrollo Tecnológico de la Gerencia de Capacidades Tecnológicas, CORFO sobre “Oportunidades y desafíos del desarrollo tecnológico, transferencia tecnológica e innovación en la Educación Superior Técnica – Profesional”; y de Etienne Choupay, Director Nodo CIV-VAL y Director de Incubación y Negocios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso sobre “Nodo CIV-VAL y su rol en la aceleración del impacto territorial de la CTCi en la macrozona centro: Oportunidades y Desafíos”.
Silvana Becerra, presidenta de la RedGT, señaló estar muy satisfecha con propiciar este espacio de encuentro con la convocatoria al evento híbrido, que tuvo más de 60 asistentes presenciales y 30 virtuales. “Para la Red es un objetivo prioritario generar instancias de networking entre socios y socias, junto con la posibilidad de reconocer iniciativas regionales y desarrollar propuestas para la política pública en CTCI, esto último de nuestro especial interés desde los inicios de la Red hace 10 años”.
El proyecto es liderado por la PUCV, CREAS y el Food Innovation Center, con el apoyo y cofinanciamiento de la Embajada de los Estados Unidos en Chile.
Con la misión de proyectar emprendimientos nacionales al mercado estadounidense, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS), y el Food Innovation Center de la Universidad Estatal de Oregon, con el apoyo y cofinanciamiento de la Embajada de los Estados Unidos en Chile, comenzaron la ejecución de un nuevo programa de emprendimiento alimentario que apunta a promover el desarrollo económico inclusivo para las mujeres en zonas afectadas por la sequía en la Región de Valparaíso.
El proyecto tiene como objetivo trabajar con al menos 20 emprendedoras de la provincia de Petorca, quienes serán capacitadas por profesionales de CREAS y el Food Innovation Center sobre las tecnologías alimentarias, etiquetado, mercado y normas comerciales estadounidenses, con el fin de aumentar sus oportunidades de venta de productos en el futuro, en Chile, y con la potencialidad de llegar al mercado estadounidense. Este proyecto es liderado María Elvira Zúñiga, académica e investigadora de la PUCV, y a la vez directora de CREAS, y coordinado por Jeniffer Wilckens y Nathalia Fernández, profesionales de CREAS.
Además, las beneficiarias tendrán la oportunidad de perfeccionar sus emprendimientos alimentarios ya existentes, convirtiéndolos en prototipos con valor añadido listos para ingresar al mercado, presentarse en diversas ferias comerciales y, eventualmente, ser exportados. Asimismo, las dos emprendedoras que cuenten con los productos de mayor potencial podrán participar en una feria alimentaria en Estados Unidos.
María Elvira Zúñiga, directora del proyecto, señala que esta es una gran oportunidad para las emprendedoras en alimentos de la región de Valparaíso, puesto que “el vínculo con entidades internacionales expertas en materias alimentarias resultará en la creación de prototipos con un alcance global, que no solo serán un aporte para las beneficiarias, sino que también para el posicionamiento de nuestro país en los mercados extranjeros”.
El programa busca trabajar con mujeres provenientes de la provincia de Petorca, que sean emprendedoras en alimentos y que cuenten con resolución sanitaria. Las interesadas en participar deben enviar un correo electrónico al mail comunicaciones@creas.cl para coordinar una reunión con sus profesionales y evaluar así el ingreso al proyecto.
Los/as asistentes reflexionaron sobre diversas estrategias que permitirán vincular la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación con las necesidades del sector productivo y la sociedad.
Con el objetivo de consolidar una red de colaboración que contribuya a la articulación y apropiación de la CTCi en la Macrozona Centro, el pasado martes 23 de noviembre el Nodo CIV-VAL llevó a cabo una serie de reuniones presenciales con actores clave del sector productivo, público y privado, de la Región de Coquimbo.
La actividad, desarrollada en La Serena, también contó con la participación de representantes de las ocho instituciones que ejecutan el Nodo CIV-VAL—PUCV, UCN, ULS, UV, USM, CEAZA, CREAS y CINV—, quienes presentaron los avances de esta iniciativa financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID), en el marco del Programa “Nodos para la Aceleración de Impacto Territorial de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación”.
De esta manera, los/as asistentes tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre estrategias que permitan vincular el trabajo realizado por el Nodo CIV-VAL con las necesidades de las empresas y emprendimientos de base científica y tecnológica, mientras se fomenta la apropiación y participación de la ciudadanía.
En ese sentido, Etienne Choupay, director del Nodo CIV-VAL y director de Incubación y Negocios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (DIN PUCV), explicó que “se trata de una invitación a conversar y motivarnos para transformar al Nodo en un verdadero aliado que permita relevar temáticas clave de CTCi en la sociedad y el sector productivo, posicionando a la Macrozona Centro como un actor que articule y potencie capacidades de innovación, investigación y emprendimiento con las necesidades del territorio”.
Del mismo modo, el gerente de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo de Coquimbo (CRDP), Manuel Schneider, valoró la realización de este tipo de actividades, ya que “permiten acortar la brecha entre la academia y el mundo productivo. Es necesario lograr la participación de más empresas y gremios para que puedan escuchar las propuestas de las instituciones y resolver dificultades en conjunto”.
Por su parte, Natalia Reilich, cofundadora de Acelera Innova, hizo hincapié en la necesidad de trabajar colaborativamente entre las regiones de Valparaíso y Coquimbo. “Hoy es primordial poder conectarnos con actores de ecosistemas interregionales y, en ese sentido, el Nodo CIV-VAL es un gran aporte al tomar las inquietudes y problemáticas de cada una de las localidades para prospectar soluciones a través de su hoja de ruta”.
Por último, Franco Marín, encargado de Ciencia Abierta y del Festival de la Ciencia del Par Explora Coquimbo, se refirió a la importancia de educar e involucrar a la comunidad en estos procesos: “Es relevante acercar estas materias a la gente, ya que siempre existirá una necesidad por adquirir conocimientos y muchas veces carecemos de instancias adecuadas. Por ello, es muy valorable el trabajo que está haciendo el Nodo CIV-VAL al identificar a los distintos actores y generar estas mesas de diálogos abiertas, donde podemos reflexionar en torno a estos desafíos”, finalizó.
Cabe recordar, que el Nodo CIV-VAL se encuentra trabajando en la realización participativa de una hoja de ruta, que busca co-definir una estrategia que oriente, a través de iniciativas piloto, a fortalecer y acelerar el impacto territorial de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación en la Macrozona Centro.
El organismo autónomo busca asesorar a la Presidencia por medio de una Estrategia Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para el Desarrollo, marco para las políticas públicas en estas materias.
Carlos Olavarría, biólogo marino, especialista en mamíferos marinos y director ejecutivo del Centro Científico CEAZA fue nombrado miembro del Consejo Asesor Presidencial de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI).
En el Palacio de la Moneda, se reunieron los 14 nuevos consejeros del Consejo Asesor Presidencial de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI), entre los que se encuentra el Dr. Carlos Olavarría, director ejecutivo del CEAZA, quien fue designado consejero por 4 años.
El organismo autónomo busca asesorar a la Presidencia por medio de una Estrategia Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para el Desarrollo, marco para las políticas públicas en estas materias.
“El Consejo tiene varios mandatos y que están establecidos por ley. La primera tarea que tenemos es que en mayo del 2022 vamos a tener la primera Estrategia Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Nos avocaremos fuertemente en los próximos meses en elaborar esta estrategia que es a largo plazo y que va mucho más allá de un programa de gobierno”, detalla Carlos Olavarría.
“Asesoraremos directamente a Presidencia , el trabajo estará enfocado en el pensamiento estratégico y creativo, para adelantarnos a las necesidades de ciencia y tecnología del país en el mediano y largo plazo. Estamos apostando a que el país que queremos se haga con base tecnológica y conocimiento científico, y que esta estrategia ayude en ese sentido”, agrega.
Integrantes
El Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo está compuesto por su presidente o presidenta y por catorce consejeros y consejeras designados por el Presidente de la República y por el Ministro o Ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Cuenta con un alto nivel de representatividad de regiones y equilibrio de género, además de la diversidad de disciplinas, enfoques y competencias entre las que se encuentran disciplinas del mundo de la ciencia, educación y sectores productivos.
En la reunión participaron los nuevos consejeros Verónica Cabezas, Isabel Behncke, Alexis Kalergis, Andrés Antivil, Carlos Olavarría, Klaus Schmidt-Hebbel, Flavia Morello, Rosario Navarro, Juan Carlos De la Llera, Loreto Bravo, Claudio Seebach, Guillermo Chong y Andrea Rodríguez, junto al presidente del CTCI, Álvaro Fischer; la directora ejecutiva del CTCI, Katherine Villaroel, Andrés Couve, Ministro de Ciencia, encabezados por Presidente de la República, Sebastián Piñera.
Origen del Consejo
Nace en 2005 como Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, siendo desde su origen un espacio autónomo, de reflexión y de articulación de actores. A partir de 2014, amplía su mirada y cambia su nombre a Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID), pasando de un prisma enfocado en la competitividad, a uno que entiende el desarrollo como un fenómeno que debe integrar diversas dimensiones, siendo sostenible e inclusivo.
Hoy, se ratifica y proyecta su quehacer como parte de la nueva institucionalidad de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación (CTCI) que establece la Ley 21.105, relevando la importancia de contar con una instancia autónoma que asesore a la más alta autoridad del país, aportando una mirada estratégica y de largo plazo, respecto de como multiplicar la contribución de la CTCI a un desarrollo integral y sustentable.
Durante una jornada presencial en La Serena, los participantes tuvieron la oportunidad de trabajar en la hoja de ruta, evaluar propuestas, definir futuras acciones y avanzar en la estrategia de articulación, que permitirá impulsar el impacto territorial de la CTCi en la Macrozona Centro.
Con la participación de representantes de las ocho instituciones que ejecutan el Nodo CIV-VAL —PUCV, UCN, ULS, UV, USM, CEAZA, CREAS y CINV— el pasado martes 23 de noviembre se llevó a cabo una jornada de trabajo presencial en La Serena, que tuvo como objetivo validar el plan de implementación de la hoja de ruta correspondiente a la etapa II de esta iniciativa, que es financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID).
Durante la actividad, desarrollada en el salón Incahuasi del Hotel Club La Serena, los participantes tuvieron la oportunidad de trabajar y evaluar propuestas, definir futuras acciones y avanzar en la estrategia de articulación, que permitirá impulsar el impacto territorial de la CTCi en la Macrozona Centro.
En ese sentido, Etienne Choupay, director del Nodo CIV-VAL y director de Incubación y Negocios de la PUCV, explica que “es importante avanzar de manera colaborativa, motivando estas instancias de presencialidad, para poder posicionar la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación en las regiones y la Macrozona. Por lo mismo, en esta ocasión la invitación es a pensar cómo podemos transitar, desde la academia y los centros de investigación, hacia la ciudadanía y el sector productivo privado”.
Por su parte, Vilbett Briones, directora alterna del Nodo CIV-VAL y directora de la Escuela de Ingeniería en Alimentos de la ULS, destaca la realización de “diálogos participativos y vinculantes entre los distintos actores del ecosistema de CTCi, priorizando las necesidades científico-tecnológicas para entregar oportunidades reales de desarrollo en la Macrozona Centro”.
Reunión con autoridades
Posteriormente, el equipo también tuvo la oportunidad de reunirse con autoridades de la Universidad de La Serena (ULS), la Universidad Católica del Norte (UCN) y el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), quienes hicieron hincapié en la necesidad de la vinculación con empresas y emprendimientos de base científica y tecnológica, además de la importancia de hacer partícipe a la ciudadanía en estos procesos.
En ese sentido, el Dr. Wolfgang Stotz, secretario de Investigación de Sede de la UCN, hizo hincapié en la importancia de “fortalecer la comunicación entre los diferentes actores. Suele suceder que la academia no conoce las necesidades que surgen desde el sector privado y, por otro lado, las empresas no tienen conocimiento de que la ciencia puede ayudarlos a resolver sus problemas”.
Por su parte, el Dr. Eduardo Notte, vicerrector de Investigación y Postgrado de la ULS, explicó que “dentro de los futuros desafíos de esta hoja de ruta, es fundamental potenciar la vinculación con el sector privado, ya que actualmente esa es una gran debilidad que tenemos como país. En esa línea, es valorable que una entidad como esta se preocupe de comenzar a generar vínculos para que las empresas comprendan que la ciencia puede ser muy útil para sus propósitos”.
Finalmente, Claudio Vásquez, gerente corporativo de CEAZA, aseguró que “cuando hablamos de alimentos, recursos hídricos y biodiversidad, nos estamos refiriendo a temas muy relevantes para todos los sectores, por lo que es necesario hacer una bajada hacia áreas específicas que estén relacionadas, como el trabajo gremial y los sectores productivos”.
Sobre el Nodo CIV-VAL
Cabe recordar, que el Nodo CIV-VAL es una iniciativa financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID), en el marco del Programa “Nodos para la Aceleración de Impacto Territorial de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación”.
Está conformado por las siguientes ocho instituciones de las regiones de Valparaíso y Coquimbo: Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Universidad de Valparaíso (UV), Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM), Universidad de La Serena (ULS), Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV), Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) y Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS).
La experta, quien es investigadora del Centro Interdisciplinario de Neurociencia De Valparaíso (CINV) y académica de la Escuela de Química y Farmacia de la UV, se ha especializado en el estudio de dicha patología, que afecta principalmente a la musculatura esquelética. En el futuro, su investigación serviría para encontrar nuevos fármacos que contribuyan a retrasar sus síntomas.
Publicado en Pagina V
Muchas enfermedades neuromusculares tienen una base genética, es decir, son causadas por mutaciones en proteínas que son importantes para la función de los músculos que controlan el movimiento voluntario. La Dra. Arlek González Jamett, investigadora del Centro Interdisciplinario De Neurociencia De Valparaíso (CINV), y académica de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad de Valparaíso (UV), se ha dedicado desde hace años a estudiar una en particular. Se trata de la miopatía centronuclear (MCN), una enfermedad “rara” y heredada (con baja prevalencia en la población, 1 por cada 25 mil nacidos vivos para las miopatías hereditarias).
La Dra. en Neurociencia estudia nuevas dianas terapéuticas para ayudar a retrasar los signos clínicos de este mal, y en el futuro, tratarla con nuevos medicamentos. “Demostramos en modelos pre-clínicos de la MCN que la actina, un componente principal del citoesqueleto de las células musculares, está muy afectada y queremos ver la opción de intervenir y promover el remodelamiento de dicha estructura con potencial terapéutico”, señala. La Dra. ha comenzado a tratar células musculares aisladas de modelos animales de la MCN con fármacos que potencian el remodelamiento de actina.
Además, asegura que prontamente tratarán a estos animales con la misma farmacología para analizar si se puede retrasar la aparición de la enfermedad y sus signos clínicos. “Podría ser un estudio muy prometedor en la búsqueda de medicamentos que disminuyan los síntomas de una patología que inevitablemente se va a manifestar en los pacientes susceptibles”, declara. Cabe destacar que, en principio, la MCN solo afecta la musculatura esquelética, siendo también progresiva, pero con distintos grados de severidad. “En algunos pacientes se manifiesta suavemente, más que nada con dolor, debilidad muscular y atrofia leve, en cambio en otros, es más agresiva”, señala.
Los grados de gravedad están directamente relacionados con la etapa de la vida en que se manifiestan las señales clínicas. Mientras más temprano, por lo general es más serio, “y puede llegar a ser mortal en el caso de pequeñitos, en que se afectan también las musculaturas respiratorias y cardíacas.”, agrega. En la MCN se altera principalmente la musculatura esquelética distal (brazos y piernas), músculos faciales y oculares. También, comenta, se da mucho el “pie cavo”, una deformación que complica a los pacientes desde pequeños, porque retrasa todos los hitos motores asociados a aprender a caminar, gatear, etc.
Sumado a este estudio, la científica sigue otra línea de investigación que busca entender los mecanismos que causan defectos cognitivos en pacientes con MCN. “La mayoría de los pacientes con MCN presentan en su niñez defectos del aprendizaje que hasta la fecha no han sido explicados. Los resultados de este estudio, que han sido parte de las Tesis de mis estudiantes del Magíster en Neurociencia y de Tecnología Médica de la UV, sugieren cambios morfológicos y funcionales en las neuronas de un modelo animal de MCN”, explica la experta.
En una línea más reciente, la Dra. Gonzalez-Jamett se encuentra colaborando con un fonoaudiólogo y estudiante del Magíster en Ciencias Médicas de la UV, en relación a la musculatura facial oral, puesto que hay pacientes con MCN donde está comprometida la succión y músculos masticatorios, pero los mecanismos causantes no son conocidos. “Él está bastante interesado por su rol en clínica, en llegar a entender los defectos orofaciales en pacientes con MCN.”, cuenta.
Edición genética y Dinamina 2
En general, en los últimos 10 años, los avances en torno a la MCN han sido en etapas preclínicas, al igual que en los estudios de la Dra. González. Y respecto al progreso a nivel mundial, la investigadora expresa que a fines de 2020 “se publicó un trabajo bien interesante donde se utiliza terapia génica para combatir directamente la causa genética de la patología, es decir, las mutaciones en proteínas clave para la función de los músculos afectados”. Y añade que es algo esperanzador, porque en los modelos in vitro y en animales, la edición génica tiene efectos positivos en el corto plazo, “pero todavía está en pañales. Saltar desde la preclínica a los pacientes supone un trabajo largo”, declara.
Hasta ahora lo que también se ha hecho, expresa la científica, es un knock-down, que se refiere a bajar la expresión de una proteína afectada usando una molécula que se denomina RNA interferente. “Básicamente esta molécula obstaculiza la maquinaria que permite que esa proteína defectuosa se produzca, entonces se genera, pero en cantidades significativamente menores. En este sentido, González-Jamett resalta que la causa más probable de MCN son mutaciones en una proteína muy relevante y que se manifiesta en todos los tejidos: la Dinamina-2. Cuando en el contexto de la MCN dinamina-2 funciona mal, provoca defectos importantes en la estructura y función de los músculos.
La investigadora destaca que en animales, se ha intentado realizar un knock out para esa proteína, es decir, que no la tenga, “pero si la sacamos del genoma haciendo edición, los modelos no son viables, se mueren in utero, en estados embrionarios. Es una proteína muy relevante para la función celular y de distintos tejidos, muscular, nervioso y otros”, especifica González. Y hasta ahora, declara, no se ha podido eliminar por completo como estrategia para tratar o entender alguna condición.
También explica que hay métodos genéticos como el knock-in, donde, en vez de sacar un gen, se introduce uno distinto, que no está normalmente siendo expresado en ese sistema. Se dirige a algún tejido específico, no al sistema completo. “Eso eventualmente podría funcionar, pero en el caso particular de la MCN causada por mutación en Dinamina-2, estas mutaciones son “dominante- negativas”, así es que aunque introduzcas mil copias de la proteína funcionando perfecto, la que está mutada la “obliga a funcionar mal”. La proteína mutada al mezclarse con las que están funcionando bien, termina alterando todo”, indica. Por lo tanto, la solución no es introducir dinamina-2 silvestre en el organismo, sino bajar lo más posible la expresión de la mutada.
La progresión de las patologías hereditarias
En la mayoría de las miopatías hereditarias, la progresión de la enfermedad es continua, es decir, nunca acaba y los pacientes se van deteriorando cada vez más con el paso de los años. “Las personas tienen signos semejantes que tienen que ver con el poco tono muscular. Normalmente se manifiestan los síntomas en la primera veintena de vida, y a esa edad ya los ves con una atrofia avanzada y una musculatura esquelética tremendamente comprometida”, indica González. Según comenta, podemos estar de pie gracias al tono muscular que nos proporciona el poder de contracción. “En quienes tienen alguna miopatía hereditaria, uno de los signos transversales es la pérdida de tono muscular. Entonces, ya tienen una musculatura más laxa, menos fuerte. Por ejemplo, en bebés cuando se da de forma muy temprana, se les llama floppy babies (bebés flojitos)”, señala.
Según explica la Dra. González la causa por la cual este tipo de patologías siempre progresan, es aún motivo de debate, y ya es raro que no en todos se presente a la misma edad. “A veces dos pacientes tienen la misma mutación en un mismo gen, y a uno lo ves a los 20 años haciendo ejercicio y el otro está casi postrado”, comenta. Y añade que hay mucho asociado también a procesos epi-genéticos a los que está expuesto el paciente. “Son factores que no tienen que ver con la herencia genética, sino en cómo el ambiente afecta esa herencia: cómo te alimentas, los medicamentos a los que has estado expuesto a lo largo de tu vida, contaminantes, etc”.
El principal problema es que no existe tratamiento para frenar su avance. Si hay para disminuir la sintomatología, pero ninguno la detiene, y a los 40-45 años un porcentaje importante de los pacientes con miopatías hereditarias como la MCN están casi en silla de ruedas, según explica la experta. “En esta etapa están bastante imposibilitados de moverse sobre todo en relación a su musculatura esquelética distal, piernas más que nada. Es muy invalidante, ya que les dificulta el desplazamiento voluntario. Y cuándo la afección está muy avanzada puede llegar a comprometer la musculatura respiratoria, lo que afecta la posibilidad de que tengan una vida longeva y de mejor calidad”, dice González.
¿Se pueden prevenir?
Las enfermedades musculares hereditarias no se pueden prevenir, al menos por el momento. “Es un mal heredado. Sin embargo, hay algunos casos donde la mutación es espontánea, o de novo, donde nunca antes existió en su familia y es la primera generación. Pero lo habitual es que se transmita desde papás, abuelos, tíos”, comenta. La causa genética está ahí, explica la Dra. González. ”Quizás algún día, en algunos años más, la tecnología nos permita hacer las ediciones genéticas correspondientes, para que cuando en un paciente se encuentren mutaciones causantes de estas enfermedades éstas puedan eliminarse o “silenciarse” tempranamente evitando que la patología a la que está ligada esa mutación ocurra”, expresa.