La investigadora del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV) y presidenta electa de la International Zebrafish Society (IZFS) se refirió a la importancia del trabajo colaborativo del Nodo CIV-VAL para enfrentar el cambio climáticos y las brechas en el ecosistema CTCi.

Desde la Universidad de Cornell en Estados Unidos, Kathleen Whitlock aterrizó en la Universidad de Valparaíso con ganas de aportar en el desarrollo científico de Chile. “Llegué en 2006, antes de la existencia del CINV, cuando éramos un pequeño departamento con el sueño de fortalecer la Neurociencias, no solo en Valparaíso, sino en todo el país”, explica quien hoy es la primera científica representante de América Latina en dirigir la International Zebrafish Society (IZFS).

“Lo atractivo para mí fue que la Facultad de Ciencias de la UV tenía un programa de maestría establecido y un nuevo programa de doctorado, ¡el primer programa de doctorado en Neurociencias en Chile! De modo que existía un gran potencial para crear algo realmente bueno”, agrega Withlock. Hoy, es profesora en el Instituto de Neurociencias de la UV e investigadora adjunta en el CINV, donde utiliza el sistema sensorial olfativo como modelo regenerativo para estudiar la interfaz neuro-inmunológica y su papel en la neurodegeneración.

—¿Qué significó para usted ser elegida como presidenta de la International Zebrafish Society y qué sello piensa otorgarle a su labor?

—Primero, es un gran honor ser elegida presidenta (electa) de la International Zebrafish Society (IZFS). Este honor no solo reconoce los años de experiencia que tengo como científica líder, sino que también refleja la confianza y la alta opinión de mis colegas. Ser elegida ha validado la calidad del trabajo y mi papel como líder en el campo. Finalmente, me siento realmente honrada de ser la primera presidenta electa de América Latina y espero servir de modelo a otros científicos latinoamericanos.

El sello que pienso otorgar a IZFS es incorporar la urgencia de los efectos del cambio climático en todo lo que hacemos, incluida la investigación. Hoy día, el IPCC declaró que las reducciones drásticas en las emisiones pueden evitar un peor cambio climático, según los científicos del IPCC, pero eso no devolverá los patrones climáticos moderados del pasado. Una forma de contribuir a la sociedad podría ser a través del concepto de agua: todo lo que hacemos, tanto en el laboratorio como en la instalación de peces, depende de la calidad de nuestra agua. Él propuso que eduquemos a la gente sobre el agua desde el punto de vista de un pez y que incluyamos consejos útiles para los investigadores que trabajan en situaciones de estrés hídrico y energético.

—¿Qué le parece que exista una iniciativa como el Nodo CIV-VAL?

—Creo que cualquier proyecto que enfatice la colaboración, especialmente en la región de Valparaíso, es fundamental para nuestra supervivencia futura. Hoy, el Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC) publicó su informe afirmando que estamos en el camino hacia una catástrofe que solo se puede evitar si existe un cambio en la sociedad. Esto es evidente en la región de Valparaíso, donde estamos sufriendo un futuro dominado por una escasez extrema de agua y donde actualmente el agua disponible está contaminada en todos los niveles.

—¿Cuáles cree que son las principales brechas que debe enfrentar la CTCi en la Macrozona Centro?

Patrick Vallance, asesor científico en jefe del gobierno del Reino Unido, ha declarado que lograr cero emisiones netas de carbono requerirá la acción de todos y un énfasis renovado en la ciencia y la innovación. Pero no hay misterio, las brechas que limitan el desarrollo científico en la Macrozona Centro son evidentes: carecemos de financiamiento para la investigación científica, para una mejor educación en las escuelas y para implementar el conocimiento que existe.

Las áreas prioritarias son obvias: escasez de agua y contaminación, preparación para un ambiente más cálido y seco donde los muy jóvenes y muy viejos perecerán a medida que aumentan las temperaturas, investigación sobre la genética y los mecanismos de desarrollo de la tolerancia al calor para plantas y animales a modo de comprender mejor cómo las temperaturas más altas afectarán no solo a los humanos, sino al ecosistema en su conjunto.

—¿Qué tipo de acciones se podrían llevar a cabo para superar estas brechas?

—Deberíamos implementar tecnologías del agua ahora, no necesitamos reinventar la rueda, solo tenemos que mirar a los países con alto estrés hídrico (por ejemplo, Australia) y adaptar sus tecnologías. También deberíamos estar construyendo espacios verdes en las ciudades porque sabemos que enfrían las zonas urbanas. Además, los árboles contribuyen al ciclo del agua ¡Los árboles grandes hacen llover! Todos estos sitios abandonados en Valparaíso (y otras ciudades, especialmente en la zona interior) deben ser transformados en espacios verdes.

Necesitamos priorizar la investigación sobre cómo los contaminantes persistentes, que se encuentran en diversos grados en toda el agua de nuestra región, contribuyen a los efectos sobre la salud, como el cáncer de estómago, y cómo la contaminación por partículas en las ciudades contribuye a las enfermedades neurodegenerativas. Las enfermedades a largo plazo son costosas para el sistema de atención de la salud y deben definirse y prevenirse mediante una intervención temprana.

—¿Y cuáles son los desafíos en el área de la Neurociencia en la región de Valparaíso?

—El CINV es extremadamente fuerte en las fortalezas “históricas” de Chile: neurofisiología, biofísica y biología estructural, pero una de las debilidades se encuentra en los campos de la genética y la biología del desarrollo. Solo tenemos un laboratorio trabajando en Drosophila, que es el único sistema modelo para la genética (tengo mi doctorado en genética y desarrollo usando Drosophila). 

Drosophila es uno de los sistemas de modelos más elegantes para diseccionar las vías genéticas conservadas en animales, incluidos los humanos. Dentro del tema de la genética, necesitamos mejorar nuestras habilidades para trabajar con grandes bases de datos genómicas porque la minería de datos entre especies nos permitirá descubrir genes asociados con enfermedades humanas. Esto facilitaría nuestro uso de los recursos genéticos públicos para priorizar variantes de genes para su estudio en organismos modelo.

—¿Por qué cree que es importante vincular e informar a la ciudadanía sobre las investigaciones científicas?

—Desde un punto de vista práctico, somos financiados por el gobierno, por lo que siento que tenemos la responsabilidad no solo de comunicar los descubrimientos científicos al público, sino también de desempeñar un papel activo en la mejora del lamentable estado de la educación científica en Chile. No podemos impulsar la innovación en ciencia cuando hay un alto nivel tanto de analfabetismo científico. 

Según una encuesta sobre Competencias de los adultos (PIAAC), aplicada por la OCDE, un 53% de los chilenos no comprende lo que lee y un 62% no es capaz de razonar adecuadamente en cuanto a problemas matemáticos. Cuando comencé a dar clases en Chile, me impactó el nivel de los estudiantes de primer año de la universidad. Una vez que me familiaricé con el sistema educativo en Chile comprendí la raíz del problema. Así comenzamos Ciencia Al Tiro para intentar hacer algo… pero somos solo una gota en un vasto océano de necesidad. 

En los años que he estado aquí, el gobierno ha recortado los fondos para programas científicos. Necesitamos iniciar un programa masivo para financiar centros de ciencias y potenciar a nuestros estudiantes de doctorado (desempleados) para implementar la ciencia para todos los jóvenes de una manera creativa y atractiva.

La noticia implica la construcción de un nuevo edificio que albergará a este centro, así como el reforzamiento de actividades para el emprendimiento destinadas a estudiantes y a la comunidad de la Región de Coquimbo.

El laboratorio de emprendimiento estudiantil USQAI de la Universidad Católica del Norte hace un nuevo anuncio: iniciará la construcción de una próxima sede, que se asentará en el Campus Guayacán ubicado en Coquimbo.

Este proyecto, que se iniciará este año, se enmarca en una iniciativa global de la UCN, que busca ampliar las capacidades en innovación y transferencia de tecnología; lo que implica una serie de cambios a nivel institucional y el reforzamiento de la vinculación con el medio, a través de la generación de nexos con el sector productivo local. 

“Es importante destacar que este espacio físico del Laboratorio de Emprendimiento USQAI que tendremos dentro del campus, va a permitir colaborar al trabajo que ya se hace en la sede por las unidades, fomentando y enseñando a nuestros estudiantes a ser emprendedores”, sostuvo la vicerrectora de Sede de la UCN, Elvira Badilla.

La autoridad de la UCN añadió que contar con este espacio permitirá que converjan los estudiantes de distintas carreras a reforzar sus emprendimientos o a crear nuevos, a través de trabajo colaborativo. “USQAI ha tenido muy buenos resultados en Antofagasta y esperamos que tenga frutos en nuestra sede”, finalizó.

¿Qué implica el despegue de USQAI en el campus Guayacán?

La iniciativa ha generado una serie de acciones que involucran a toda la comunidad: en primer lugar, el edificio se construirá gracias a un anteproyecto de arquitectura que será desarrollado por estudiantes de la UCN, que participaron de un concurso ejecutado por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo Tecnológico, junto a USQAI, la Dirección de Innovación y Transferencia Tecnológica y la Escuela de Arquitectura. De este modo, la nueva sede tendrá un estilo que reflejará la creatividad de los propios alumnos de la casa de estudios.

La presencia de este edificio permitirá reforzar las actividades presenciales vinculadas al emprendimiento; tales como talleres y seminarios, así como disponer de un espacio que funcionará como “cowork”, que permitirá que tanto estudiantes como la comunidad local cuente con un lugar de trabajo para ejecutar proyectos de innovación y logre concretar redes de colaboración. 

Según indica el vicerrector de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la UCN, Rodrigo Sfeir, “la innovación y la transferencia tecnológica son ejes relevantes que están contenidos en nuestro plan de desarrollo estratégico, por lo tanto, todas las iniciativas que tributen a estos objetivos son muy importantes. En este sentido, poder darle soporte a las iniciativas de nuestros estudiantes que podrían derivar en emprendimientos de empresas de base tecnológica es una contribución más que la UCN hace al desarrollo de los territorios pero con una mirada global”.

No obstante, a pesar de que se espera que la construcción esté lista durante el 2022, la llegada de USQAI a Coquimbo es parte de una serie de acciones que ya están siendo ejecutadas, que buscan acercar a los estudiantes del Campus Guayacán al mundo del emprendimiento, mediante un equipo específico asentado en la región para atender sus requerimientos y nuevos concursos e iniciativas que se informarán durante el presente año.

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Con el objetivo de identificar los desafíos y posibles acciones que darán orientación estratégica a la hoja de ruta que generará el Nodo CIV-VAL en torno a las tres temáticas que fueron identificadas como prioritarias en la Macrozona Centro, se realizará una serie de talleres virtuales enfocados en Alimentos, Biodiversidad y Recursos hídricos. 

La actividad, que se llevará a cabo a través de Zoom, está enfocada a investigadores, académicos y  representantes de la academia y el sector público y privado de las regiones de Valparaíso y Coquimbo, y tiene como objetivo definir en conjunto los problemas y futuras acciones en cada una de estas áreas. 

18 y 25 de agosto

11:00 – 13:00 hrs.

19 y 26 de agosto

11:00 – 13:00 hrs.

02 y 09 de septiembre

11:00 – 13:00 hrs.

La sala de Zoom será dividida en grupos de trabajo, a modo de generar un diálogo participativo entre los asistentes, quienes tendrán la oportunidad de compartir su opinión y ayudarnos a co-construir la hoja de ruta del Nodo CIV-VAL.

Inscripciones AQUÍ.

La Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, ha establecido dentro de sus prioridades apoyar iniciativas que orienten las acciones a seguir en la implementación de la investigación científica en Laboratorios Naturales de manera armónica con los actores que conviven en estos territorios, considerando aquellos factores que apoyan el desarrollo de la actividad científica en ellos y los efectos e impactos que dicha actividad les impone. Una de dichas iniciativas será la de Nodos para el Desarrollo en Investigación de Laboratorios Naturales la cual se implementa a través de este concurso.

Propósito del concurso
Fomentar el desarrollo de Laboratorios Naturales del país, a través de proyectos ejecutados de manera colaborativa entre actores del ecosistema de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, con foco en el fortalecimiento de la actividad científica, y en el desarrollo económico y social de los territorios.

Este concurso busca financiar un proyecto en cada una de las siguientes macrocategorías:

En el formulario de postulación deberá indicar la macrocategoría a la cual postula.

Duración del instrumento
El plazo total de duración del proyecto no podrá superar 12 meses contados a partir de la fecha de la resolución aprobatoria del convenio respectivo.

Monto a financiar
El financiamiento entregado a cada proyecto que resulte adjudicado será de un máximo de $130.000.000 (ciento treinta millones de pesos) en pesos chilenos no reajustables, el que será entregado en una sola cuota de acuerdo con el respectivo Convenio. No obstante, este presupuesto estará sujeto a la disponibilidad presupuestaria de ANID y podrá ser modificado, en base a los resultados del proceso de evaluación y adjudicación de este concurso.

Resultados Esperados
Los proyectos deberán alcanzar los siguientes resultados:

  1. Evidenciar y caracterizar los Laboratorios Naturales en estudio, de acuerdo con sus condiciones particulares dentro del territorio.
  2. Identificar el estado del arte de las líneas o áreas de investigación desarrolladas en los Laboratorios Naturales y líneas de investigación emergentes en dicho territorio.
  3. Identificar brechas y oportunidades en cuanto a capacidades de investigación vigentes y emergentes para los Laboratorios Naturales en estudio.
  4. Caracterizar en detalle brechas en elementos facilitadores para realizar investigación científica en los Laboratorios Naturales bajo estudio.
  5. Identificar a aquellas entidades, actores y aspectos que pueden verse afectados (neutral, positiva y/o, negativamente) por la instalación de la investigación o por el desarrollo de esta en los Laboratorios Naturales.
  6. Elaborar una cartografía participativa que permita caracterizar espacialmente los Laboratorios Naturales.
  7. Elaborar Hoja de Ruta.
  8. Proponer sistemas de monitoreo para Laboratorios Naturales integrados y/o coordinados con sistemas existentes, contemplando la potencial implementación de la hoja de ruta a realizar, así como también de mecanismos que permitan identificar la capacidad de carga del territorio, propendiendo al desarrollo de investigación de manera armónica y sustentable, identificando indicadores críticos para el seguimiento medibles en el corto (1 a 2 años), mediano (3 a 5 años) y largo plazo (6 a 10 años).

Revisa toda la información AQUÍ.

COLUMNA DE OPINIÓN

Entre los resultados obtenidos, podemos constatar que, en las dunas de Concón, la expansión urbana ha provocado un fuerte impacto en los ambientes naturales. El boom inmobiliario que se observa a simple vista en la zona es un ejemplo de las prolíficas relaciones entre el mercado y el desarrollo urbano de las costas y que se encuentran en todo el mundo”.

Por Hermann Manríquez Tirado, académico e investigador del Instituto de Geografía PUCV.

En la planicie litoral de la comuna costera de Concón en la Región de Valparaíso, encontramos un conjunto de dunas relictas de diferente edad y que se encuentran totalmente desconectadas de cualquier fuente de abastecimiento, conformando un ecosistema único, pero que, lamentablemente, se encuentra en permanente amenaza debido a la expansión de la urbanización, la intensificación de la deflación eólica, la pérdida de la vegetación natural y los desequilibrios de las formas dunarias, producto del excesivo tránsito de personas y vehículos. 

Esto no debería extrañarnos, ya que las costas del mundo han experimentado profundas alteraciones desde mediados del siglo pasado, debido a una acelerada instalación de actividades y cambios de usos del suelo, principalmente de tipo urbano e industrial, facilitadas por políticas nacionales y regulaciones locales que se caracterizan por su escaso interés ambiental. 

En el caso particular de Concón, nos encontramos con uno de los sistemas más relevantes de la comuna en términos ambientales, ya que presenta una alta biodiversidad, que incluye 250 especies de flora y fauna sobre las dunas, un sistema biofísico con una historia geológica y geomorfológica única de la costa de la zona central de Chile. Cabe destacar que en esta zona también se presentan amenazas climáticas ligadas a incendios o remociones en masa, que se añaden a la permanente erosión eólica propia de su dinámica natural, pero intensificada debido a la acción humana.

En este contexto y a partir de un enfoque biogeomorfológico, hemos estudiado la dinámica del viento como un agente geomorfológico a través de los desplazamientos de arena y como éste participa en conjunto con los procesos biológicos, que permiten la instalación y desarrollo de plantas, en la generación de formas particulares en las costas, específicamente, en las dunas.

Entre los resultados obtenidos, podemos constatar que, en las dunas de Concón, la expansión urbana ha provocado un fuerte impacto en los ambientes naturales. El boom inmobiliario que se observa a simple vista en la zona es un ejemplo de las prolíficas relaciones entre el mercado y el desarrollo urbano de las costas y que se encuentran en todo el mundo.

La evidencia científica nos muestra cómo este desarrollo urbano continuo y paralelo a la línea de costa, ha significado la pérdida de espacios de significativa importancia ambiental, como humedales, quebradas y dunas. Estas últimas, poseen gran dinámica y morfología que cambian en días o incluso minutos, constituyéndose en espacios de libertad que merecen ser conservados. Paradójico resulta que, en este espacio de dunas colgadas, solo una pequeña parte se encuentra con el status de santuario, que le otorga un leve y frágil velo de protección. 

Lamentablemente, el sector inmobiliario que al parecer solo ve arena, desconoce que junto a las bellas  y sinuosas formas que ellas construyen, existe una vegetación que es resultado de dinámicas lentas y complejas, que evolucionaron en conjunto con el clima, el oleaje, las corrientes litorales y los ríos y esteros de la zona. En este punto, podría haber aprovechado de una forma sustentable el conocimiento de sus dinámicas y de su valor científico y patrimonial, lo que hasta ahora no ha ocurrido.

Por ello, es relevante que las autoridades, los empresarios, la sociedad civil y los especialistas de las universidades, trabajen en conjunto para generar una comprensión más acabada del valor patrimonial y ambiental de las dunas. De esta manera, podríamos avanzar hacia un desarrollo urbano sustentablemente planificado, que protegiera jurídicamente los ambientes naturales y que fomentara un reconocimiento social y ambiental de zonas como ésta, que nos permitiría comprender y conocer bajo criterios didácticos y educativos, el valor, esfuerzo y tiempo que le significó a la naturaleza el diseño y la construcción de estos espacios. 

La Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, a través de la Subdirección de Proyectos de Investigación, invita a inscribirse para participar de una actividad informativa sobre el Concurso Fondecyt de Postdoctorado 2022, que se realizará el miércoles 4 de agosto, a las 10:00 horas. Para sumarse a esta cita, que se realizará vía zoom, se solicita inscribirse a través del siguiente formulario.

El link de conexión se enviará a las y los inscritos, a primera hora del día del taller.

El objetivo de este concurso es estimular la productividad y liderazgo científico futuro de personas recién iniciadas en la investigación y que cuenten con grado académico de doctor (según lo previsto en el numeral 4.3 de las presentes bases), mediante la realización de proyectos de investigación con miras a su inserción laboral en el ámbito académico u otro y a su interacción y colaboración con grupos de investigación consolidados.

Revisa las bases del concurso AQUÍ.

COLUMNA DE OPINIÓN

“Necesitamos proponer un plan de desarrollo científico tecnológico y de innovación acorde, que promueva la complejización, agregación de valor y sustentabilidad a las áreas de desarrollo tradicionales de la región, así como fomentar la búsqueda de nuevas fortalezas regionales dando un giro a los desafíos propios para generar conocimiento y tecnologías con potencial valor social y comercial”.

Por Ronny Martínez, PhD, profesor asociado, Departamento de Ingeniería en Alimentos, Universidad de La Serena.

La región de Coquimbo en la actualidad se enfrenta a múltiples desafíos económicos y sociales. Su economía se basa en actividades extractivas como la minería, turismo, agroindustria y pesca de bajo procesamiento y, por ende, de bajo valor agregado, muy dependiente de factores externos como el clima, disponibilidad de agua, demanda internacional de commodities, su valor y el del dólar. Este relativamente volátil modelo económico, junto a la baja complejidad y tecnologización de la industria, sumado a los complejos tres últimos años, ha dificultado el crecimiento sostenido de la riqueza y el bienestar social en la región, con inversión y mejoramiento de infraestructura focalizado en las zonas urbanas, pero con menor crecimiento en las zonas rurales, que representan a un 18 por ciento de la población regional (aproximadamente. 152 mil personas). 

Este panorama y sus desafíos nos debe motivar como sociedad a trabajar por un mayor valor agregado a las actividades económicas regionales, a través del fomento de la complejización de los procesos, incorporando mayor tecnología y capacidad humana, mejorando la inversión en infraestructura y su alcance, potenciando la industria sustentable, especialmente en actividades críticas para la región (salud, servicios, educación, turismo y desarrollo científico-tecnológico) creando un ecosistema integrado, inteligente y resiliente que sea una plataforma para el desarrollo social y personal de sus habitantes, sin importar donde vivan.

Para lograr esto, necesitamos proponer un plan de desarrollo científico tecnológico y de innovación acorde, que promueva la complejización, agregación de valor y sustentabilidad a las áreas de desarrollo tradicionales de la región, así como fomentar la búsqueda de nuevas fortalezas regionales dando un giro a los desafíos propios para generar conocimiento y tecnologías con potencial valor social y comercial, siempre coordinado con las capacidades e intereses complementarios de la región de Valparaíso, de manera de generar un polo de desarrollo sustentable en la Macrozona Centro de Chile, basado en el desarrollo de ciencia y tecnología con impacto en la sociedad.

Un ejemplo de este potencial de colaboración es la complementariedad que existe entre disciplinas tradicionales y muy fuertes de las regiones de Coquimbo y Valparaíso, como lo son las Ciencias de los Alimentos y la Ingeniería Bioquímica, respectivamente. Ambas disciplinas son de un interés estratégico para el país, ya que Chile tiene todas las condiciones para ser una potencia alimentaria, pero no lo lograremos exportando fruta fresca. Para dar este salto, necesitamos incorporar tecnologías avanzadas de bioprocesamiento y biotecnología, especialmente enfocados a rescatar biocompuestos y productos basados en estos, de materias primas especializadas y subproductos agroindustriales y pesqueros, apuntando a el establecimiento de procesos circulares en industria su economía.

Esto debe ser complementado con la formación de personas con capacidades acordes para generar investigación, productos y servicios, apuntando a resolver desafíos globales, dando respuesta a las demandas sociales y de mercado actuales y futuras, aprovechando el conocimiento del territorio, sus recursos y la sabiduría tradicional. La Macrozona Centro es rica en productos agroindustriales y pesqueros de alta calidad a nivel global, y su variada estructura cultural ofrece una interesante tradición alimentaria y culinaria.

La reciente ronda de financiamiento de la empresa chilena alimentaria “Not Company” es un vivo reflejo del potencial que existe al combinar una base tecnológica y de desarrollo con las demandas alimentarias globales, logrando una valuación de mercado por sobre mil quinientos millones de dólares.

Si pretendemos tomar esta ruta, como lo propone la iniciativa Nodo CIV-VAL, todos los actores territoriales (sociedad-gobierno-academia-industria) debemos prepararnos y disponernos a salir de nuestra zona de confort para encontrarnos y colaborar abiertamente y con confianza, además de trabajar en el establecimiento de infraestructura regional de rápida respuesta como plataforma de desarrollo de ciencia y tecnología con impacto local y para potenciar el emprendimiento de habitantes y comunidades regionales, lo que sin duda mejorará la participación ciudadana en el desarrollo regional, visibilizando así el impacto de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación en el territorio.

En dos reuniones, que contaron con la presencia de actores clave del territorio de las regiones de Valparaíso y Coquimbo y que contribuyeron de manera participativa a identificar brechas y propuestas de acciones, el Nodo CIV-VAL recogió valiosos insumos para lo que será el diagnóstico del desarrollo de la CTCi en la macrozona. 

Con el objetivo de identificar brechas y oportunidades de articulación en el ecosistema de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Centro, el pasado 27 y 28 de julio, el Nodo CIV-VAL realizó dos jornadas de trabajo virtual en los que participaron actores clave del territorio de las regiones de Valparaíso y Coquimbo.

Cabe recordar que la iniciativa “Articulación y consolidación del Nodo ‘CIV-VAL’ para la aceleración del impacto territorial de la CTCi en la Macrozona Centro” es financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y ejecutada por ocho instituciones de las regiones de Valparaíso y Coquimbo (PUCV, UV, UTFSM, ULS, UCN, CINV, CEAZA, CREAS), quienes se encuentran trabajando colaborativamente para identificar las brechas que han limitado el desarrollo científico en el territorio para implementar acciones piloto que las aborden.

En esta oportunidad, las jornadas de trabajo contaron con la presencia de representantes de la academia, centros de investigación, sector público y privado y la sociedad civil,  quienes trabajaron en grupo, generando un diálogo participativo en torno a los siguientes ámbitos: capital humano, sector productivo, innovación CyT, investigación, vinculación con la ciudadanía, infraestructura y equipamiento, entre otros tópicos relevantes dependiendo de cada una de las regiones.

En esa línea, el director ejecutivo del Nodo CIV-VAL y director de Incubación y Negocios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Etienne Choupay, aseguró que “se trata de una instancia honesta de trabajo para contribuir al desarrollo de la CTCi en nuestras regiones, en un marco de descentralización y con un espíritu mancomunado, entre las ocho instituciones que ejecutan esta alianza estratégica”. 

También participó de esta instancia Aisén Etcheverry, directora de la ANID: “El trabajo regional, generalmente, es bien desafiante, por lo que el Nodo CIV-VAL nos da la oportunidad de fomentar la ciencia local, impulsar la vinculación con las necesidades de los territorios y utilizar el conocimiento colectivo para potenciar de manera efectiva y honesta el trabajo en regiones”, explicó.

Asimismo, Marcelo Olivares, director alterno del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte (UCN), sede Coquimbo, señaló que “el Nodo se aboca a un enfoque participativo, ya que muchas veces no es sencillo comprender cómo la CTCi impacta en el territorio. Por lo que la invitación es a colaborar y a coproducir esta hoja de ruta”. 

De esta forma, los asistentes tuvieron la posibilidad de dialogar de manera participativa sobre las brechas del ecosistema de CTCi y proponer posibles acciones, que aportarán en el diagnóstico en el que trabaja el Nodo CIV-VAL. Para finalizar, se generó un espacio para identificar iniciativas de vinculación de actores y/o proyectos de I+D exitosas por su impacto territorial. 

El área, que está ubicada en el barrio San Juan de la comuna porteña y que contiene fósiles de 10 millones de años de antigüedad, fue designada “Geositio” por la Sociedad de Geología de Chile.

Por CEAZA

Benjamín Araya, tesista de geología de la Universidad del Alba, integrante del laboratorio de Paleontología del CEAZA e iniciador de las gestiones para el reconocimiento del lugar, explica que la designación de “Geositio” para el Parque El Culebrón de Coquimbo, por parte de la Sociedad de Geología de Chile, “es una gran señal para proteger el patrimonio educativo, cultural y científico de la ciudad de Coquimbo”. Por su parte, su tutor de tesis, el Dr. Marcelo Rivadeneira, paleontólogo del CEAZA, agrega que la designación permitiría darle más fuerza y sentido a futuras medidas de uso sustentable del parque.

Araya señala que nuestro país cuenta con muchos geositios conocidos, pero la mayoría de ellos no tiene la protección necesaria. Debido a esto, la Sociedad Geológica de Chile se ha enfocado en generar un inventario a nivel nacional, para avanzar en su protección.

El lugar de 45 hectáreas, se extiende desde su ingreso en la avenida México del barrio San Juan, al costado del punto limpio de Coquimbo. Por el sur, alcanza el inicio de avenida Portugal, hasta el sector de canchas de fútbol. En el área se han encontrado vestigios de ballenas de períodos en que el mar habría cubierto el sector. Además, se ha sabido de la presencia de restos fósiles de pelagornis, pariente de los pelícanos y la única ave con proyecciones dentales de la que se tiene conocimiento.

“Reconocidos investigadores, que han aportado al conocimiento geológico del país, han estado en El Culebrón analizando los sedimentos marinos depositados hace unos 10 millones de años, como también las terrazas marinas que conforman el paisaje del Parque. Esto abre una gigantesca ventana para Coquimbo en el ámbito de las ciencias de la Tierra, y conlleva a nuevas interrogantes y atractivos científicos, registrados en los sedimentos del Parque”, detalla el también investigador asistente del Paleolab CEAZA.

Por otro lado, el Dr. Rivadeneira explica que las solicitudes de nombramiento de geositios requiere de una visación por parte de un panel de expertos que concluye tales designaciones. En ese marco, el Directorio de la Sociedad Geológica de Chile encomendó al destacado geólogo nacional Dr. Reynaldo Charrier la presentación del geositio, con aporte del investigador Diego Partarrieu.

Implicancias para la comuna de Coquimbo

Según explica Araya, el hecho de que al interior de Coquimbo se encuentre un geositio, implica que los mismos habitantes tienen la oportunidad de acercarse a temas relacionados con la geología y la historia natural de su zona.

“Las personas de Coquimbo tienen posibilidades para aprender desde la antigua fauna que alguna vez vivió ahí, hasta reconocer la geología del Parque y cómo interactúa con la flora y fauna actual. Dejando un claro traspaso de la experiencia a las futuras generaciones”, afirma.

Motivaciones y experiencia de un joven investigador

Benjamín Araya, de 26 años, asegura que su motivación para gestionar la nominación del Parque El Culebrón fue el enorme valor patrimonial del lugar para la ciudad de Coquimbo, junto con ofrecer a la población la oportunidad de enriquecerse culturalmente, pese a diversas dificultades que presenta su cuidado.

“A ese patrimonio, no se le ha dado la relevancia e importancia que merece. Actualmente, las inmediaciones del Parque se encuentran con basurales, que los mismos vecinos han estado enfrentando y tratando de encontrar alguna solución”, plantea.

Araya ha sido parte del Paleolab CEAZA desde el 2019, donde -comenta- fue recibido con mucho ánimo y entusiasmo por el Dr. Rivadeneira.

“Desde entonces trabajar con Marcelo ha sido una experiencia tremenda. A pesar de la gran trayectoria que él posee, jamás ha interpuesto alguna idea suya, al contrario, ha impulsado las áreas de mi propio interés. El resultado de esto, se refleja en los dos años que llevo en el Paleolab, donde he logrado desarrollar proyectos e investigaciones de iniciativa propia, en los cuales Marcelo ha sido el motor principal y el que ha provisto las herramientas necesarias para llevarlo a cabo, como es el caso del geositio Parque El Culebrón y el proyecto Fondecyt donde soy parte de su equipo”, asevera.

Lee la nota original en CEAZA.

La actividad se realizará el próximo viernes 30 de julio a las 17:00 horas y contará con la participación de María José Vilches, especialista en restauración de islas, Island Conservation.

A través del trabajo colaborativo materializado en la Mesa de Conservación del Yunco, ave marina endémica de la corriente de Humboldt, presente en las costas de Perú y Chile, diferentes instituciones públicas, agencias estatales y organizaciones no gubernamentales, coordinadas por el Centro Científico CEAZA, trabajan para contribuir a la conservación de esta especie amenazada, abordando principalmente el peligro que representa la luz de origen artificial.

De esta forma, se busca delimitar las acciones para el rescate y liberación del ave, particularmente en la localidades de Punta de Choros, en la región de Coquimbo, —junto a Caleta Chañaral de Aceituno, Parque Nacional Llanos de Challe, Parque Nacional Isla Pan de Azúcar, en la Región Atacama—, donde se encuentran las mayores colonias reproductivas de la especie en Chile y donde se registra el mayor número de varamientos de yuncos.

Por lo mismo, el próximo viernes 30 de julio a las 17 horas se realizará la charla online “Restauración de Colonias de Yunco en Isla Chañaral”. La presentación estará a cargo de María José Vilches, especialista en restauración de islas de Island Conservation.

INSCRIPCIONES AQUÍ.

Más información sobre la conservación de esta especie en CEAZA.