En la sexta sesión del Comité de Coordinación Macrozonal, fueron presentadas las próximas actividades que integran la hoja de ruta construida durante el año 2021 y buscan robustecer el sistema de gobernanza en ciencia, tecnología, conocimiento e innovación (CTCI) en las regiones de Valparaíso y Coquimbo.
Con el foco en avanzar en las iniciativas que se están diseñando para implementar durante el segundo semestre del año 2022, el Nodo CIV-VAL convocó, de forma virtual al sexto Comité de Coordinación Macrozonal (CCM), conformado por el Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Centro, Jorge Soto y representantes de las instituciones socias del Nodo, y del sector privado, quienes son los encargados de validar el trabajo del equipo ejecutivo como sugerir acciones a desarrollar.
Cabe recordar que el proyecto Nodo CIV-VAL es financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y ejecutado por ocho instituciones de las regiones de Valparaíso y Coquimbo (PUCV, UV, UTFSM, ULS, UCN, CINV, CEAZA, CREAS), que trabajan en conjunto desarrollando acciones piloto para la aceleración del impacto territorial de la CTCi en la macrozona centro.
En la nueva sesión de comité, la directora del Nodo CIV-VAL y directora de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento (OTL-PUCV), Macarena Rosenkranz, presentó el trabajo realizado durante el primer semestre del año y comentó la incorporación estratégica de gestores tecnológicos al proyecto para potenciar la articulación territorial para futuras vinculaciones. También, se refirió a las sinergias llevadas a cabo con Explora Valparaíso, Explora Coquimbo, el Centro Regional de Investigación e Innovación para la Sostenibilidad de la Agricultura y los Territorios Rurales (Centro Ceres), el Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA), la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), la Asociación Chilena de Periodistas y Profesionales para la Comunicación de la Ciencia (ACHIPEC) y otros actores que son claves en el ecosistema de ciencia y tecnología.
En cuanto a la instancia la directora del Nodo CIV-VAL comento que “es fundamental socializar con el CCM el trabajo que está realizando el Nodo donde, en el desarrollo de las distintas actividades, se van incorporando las valiosas recomendaciones que entregan quienes lo conforman. Por otra parte, es importante relevar la labor de articulación que está ejecutando el Nodo, lo que permite colaborar con actores estratégicos de la Macrozona Centro, que llevan a ir dando cumplimiento a nuestro objetivo que es acelerar el impacto territorial del conocimiento que se genera en ella”
Durante el encuentro, el director ejecutivo del Centro Científico CEAZA y miembro del Nodo CIV-VAL y del Consejo Asesor Presidencial de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Dr. Carlos Olavarría, destacó los elementos fundamentales de la Estrategia Nacional CTCi, que busca entregar las orientaciones de largo plazo a nivel país para un desarrollo sustentable e inclusivo, basándose en el conocimiento y la innovación. Y en esta línea, además, se refirió a la labor del Nodo en un futuro próximo: “El Nodo va a ser un ente muy importante en la promoción del desarrollo asociado a los consejos regionales y nuestra estrategia regional CTCi”, explicó Olavarría.
Finalmente para potenciar la retroalimentación entre los asistentes, se plantearon preguntas sobre la sustentabilidad del Nodo y las nuevas proyecciones, que dieron pie a una interesante conversación entre los participantes. En este sentido, el Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Centro, Jorge Soto, hizo hincapié en la creación de valor del Nodo: “El Nodo CIV-VAL es importante en la generación de información y cómo ésta se conecta en la academia y al sector productivo para hacer una real conexión universidad-empresa y que funcione de manera virtuosa”.
Por su parte, la jefa de gestión de proyecto y nuevos negocios del Centro Regional de Estudios en Alimentos y Salud (CREAS), Caroline León, valoró que, “el Nodo se ha hecho cargo de levantar las capacidades de CTCi de cada región que conforman la macrozona centro y teniendo ese conocimiento valioso es más fácil ponerlo a disposición de quien lo necesita. Además, en este ámbito, se han dispuesto de gestores tecnológicos para vincular tanto las necesidades del sector productivo con las soluciones que el Nodo pueda proponer a través de las entidades que desarrollan ciencia, tecnología, conocimiento e innovación. En definitiva el Nodo debiese, en continuidad, hacerse cargo de la operatividad de lo que se está proponiendo en las estrategia de innovación”
Para los próximos meses, el Nodo CIV-VAL continuará trabajando para la aceleración del impacto territorial de la CTCi en la macrozona centro, específicamente en la ejecución de actividades experimentales que contribuyan a avanzar en la articulación de los distintos actores claves y públicos objetivos de las regiones de Valparaíso y Coquimbo.
Juan Carlos Sáez, director del CINV, publicó un artículo en revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Un equipo de investigadores del Centro Interdisciplinario de Neurociencias de la Universidad de Valparaíso, CINV-UV, descubrió, con sólidas evidencias, la existencia de un nuevo tipo de canal intercelular. Un prolongado debate científico, de más de una década, fue la antesala para llegar a las pruebas que demostraron que las células que expresan la proteína panexina 1 se comunican por señales eléctricas y metabólicas formadas por la misma proteína.
El descubrimiento podría generar las bases para estudiar un potencial nuevo tipo de comunicación intercelular que entre células eléctricamente excitables podría corresponder un nuevo tipo de sinapsis eléctrica.
Así lo explicó el doctor Juan Carlos Sáez, director del CINV-UV, quien junto a un grupo de científicos publicaron el artículo titulado “Endogenous pannexin1 channels form functional intercelular cell–cell channels with characteristic voltage-dependent
Properties”, en la revista oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS, por su acrónimo en inglés).
Ciencia de frontera
Respecto a la relevancia de los hallazgos publicados en PNAS, el doctor Sáez señaló que “es un tema que ha sido muy debatido en los últimos quince años. Pese a que un par de trabajos lo propusieron previamente, en esas investigaciones no fue claramente demostrado y por lo tanto fueron constantemente criticados”.
El también profesor del Instituto de Neurociencias de la Facultad de Ciencias UV agregó que “hace quince años nosotros obtuvimos evidencias experimentales que sugerían fuertemente que sí existen estos canales intercelulares, pero tampoco eran demostraciones definitivas, hasta que al final logramos obtener resultados que indican claramente qué células que expresan la proteína panexin1 se pueden comunicar a través de canales intercelulares formados por dicha proteína. El demostrar que un nuevo tipo de canales pueden unir las células abre numerosas preguntas relevantes. Por ejemplo: ¿por qué se requieren dos tipos de canales y no basta con los formados por conexinas, que han sido estudiados por más de siete décadas? ¿Coexisten estos dos tipos de canales? ¿Qué funciones celulares se ven favorecidas por este nuevo tipo de canales intercelulares? ¿Qué tipos celulares los pueden expresar y bajo qué condiciones? ¿Alteraciones en sus funciones pueden ser la causa de alguna enfermedad? Como se puede ver, hay mucho por estudiar y entender y puede ser una gran fuente de avances en la biología básica y aplicada a la medicina. Espero poder seguir avanzando en el tema desde Valparaíso”.
En el laboratorio
El doctor Sáez relevó que “realizamos un trabajo sistemático, en el cual primero identificamos algunas de sus propiedades, como por ejemplo la cantidad de corriente que pasa a través de un canal y su resistencia a inhibidores que bloquean los canales tradicionalmente reconocidos por todo el mundo, que corresponden a los formados por otro grupo de proteínas que se llaman conexinas. También pudimos eliminar o aumentar la presencia de los canales utilizando técnicas de biología molecular que son muy específicas. Algo que fue muy particular fue descubrir que su estado funcional es favorecido por temperaturas más cercanas a la del cuerpo de los mamíferos (por ejemplo, 30oC)”.
Al consultarle en qué momento se dio cuenta de que habían encontrado la evidencia que se necesitaba, afirmó que “eso ocurrió solo un año atrás, cuando pudimos eliminar o aumentar su presencia con técnicas de biología molecular y ver que cuando estaba presente no podíamos inducir el cierre de los canales con octanol, un clásico inhibidor de los canales formados por conexinas. Claramente, el paso de diferentes alumnos por mi laboratorio me sirvió como control de calidad de los hallazgos, ya que pudieron verificar los resultados de los estudiantes que pasaron previamente, lo que ayudó a convencerme y concluir que deberíamos opinar a favor de su existencia en el ámbito científico”.
Temperatura
El investigador complementó que “demostrar la existencia de una nueva parte de muchas células, ya que la panexina1 es expresada por prácticamente todas las células, es sin duda un riesgo, ya que el 98 por ciento de los investigadores interesados en el tema, pero que no obtenían datos positivos, decían que no encontraban los canales en cuestión y por lo tanto buscaban fundamentos teóricos para justificar sus hallazgos negativos. Nosotros fuimos en parte favorecidos por trabajar en laboratorios sin temperatura constante, posiblemente producto del subdesarrollo, lo que nos llevó a ver su aparición durante el verano y su desaparición en el invierno, con lo que decidí estudiar su presencia en condiciones de temperatura controlada, pudiendo demostrar que son mucho más frecuentes a 30oC, una condición que prácticamente ningún laboratorio interesado en el tema utiliza. Luego pude reclutar a un excelente científico joven, el doctor Nicolás Palacios Prado, quien ya había trabajado conmigo en su tesis de pregrado antes de ir a Estados Unidos a realizar un doctorado en Neurociencias. Con los datos obtenidos hasta entonces (cuatro años atrás), el doctor Palacios Prado postuló a un proyecto de postdoctorado para trabajar en el tema en mi laboratorio. Él es muy hábil en el registro de corrientes entre células. Como se puede ver, fuimos pacientes hasta que se juntó todo, datos muy sugerentes, un poco de financiamiento estatal y la persona indicada para abordar el tema con las técnicas más apropiadas, que en este caso fueron la electrofisiología y la biología molecular. También quiero destacar que la investigación pudo realizarse gracias al apoyo otorgado por el CINV a través del proyecto Milenio que obtuvimos, lo que nos permitió comprar un equipo de electrofisiología ad hoc para evaluar y caracterizar muchas propiedades de los canales intercelulares”.
El artículo completo publicado en PNAS se puede revisar en: https://www.dropbox.com/s/jjmqyld8wzfn1n4/Palacios-Prado%20et%20al.%2C%20PNAS%202022.pdf?dl=0.
La comunidad de Guanaqueros junto a científicos del CEAZA están dando vida a un nuevo atractivo turístico de esta localidad conocida por su gastronomía y playas.
Guanaqueros atrae a miles de visitantes durante todo el año por su gastronomía marina, agradable clima y playas aptas para el baño. Pero ahora, el balneario trabaja para ofrecer un nuevo atractivo turístico a partir de su valioso patrimonio arqueológico, formado por un conjunto de 10 piedras tacitas que se encuentran en el perímetro urbano de la localidad costera.
De acuerdo a Carola Flores, arqueóloga del Centro Científico CEAZA, “las piedras tacitas son bloques de piedra con una o varias horadaciones de distintas formas utilizadas, aproximadamente, desde hace cuatro mil años, para procesar minerales y vegetales”.
“Estos tipos de sitios se encuentran en muchas partes del mundo y Chile, pero acá en Guanaqueros es interesante su gran abundancia, cercanía y asociación a sitios tipo conchal, de cementerio y junto a la costa ”, precisa la también profesora de la Escuela de Arqueología de la Universidad Austral y directora alterna del Núcleo Milenio Upwell.
En base a este patrimonio, los propios habitantes de Guanaqueros han impulsado la idea de crear un nuevo atractivo turístico y con el apoyo de un proyecto Fondart, formalizarán la primera ruta urbana de piedras tacitas de Chile. Además, cuentan con la colaboración de especialistas del Centro Científico CEAZA, del Núcleo Milenio UPWELL y la Escuela de Arqueología de la Universidad Austral, comenzaron a capacitar a guías locales para esta misma ruta.
Jocelyne Inostroza, gestora cultural, guía de turismo y directora del proyecto, detalla que se “busca capacitar en arqueología comunitaria a personas locales interesadas en turismo cultural, enseñándoles también a cómo reaccionar frente a un hallazgo arqueológico. Por ejemplo, a qué autoridad dirigirse en caso de un hallazgo, para hacer un rescate o resguardarlo, como en este caso de las piedras tacitas”.
“La idea es que se sumen diversos empresarios y puedan, con estas herramientas que vamos a entregar, generar nuevas formas de turismo cultural en Guanaqueros en base a los sitios arqueológicos y los pueblos originarios correspondientes, según los cementerios que se han encontrado acá también”, agregó.
Los talleres de capacitación para guías locales se realizarán entre los meses de abril y diciembre con módulos sobre arqueología, turismo cultural, ciencia ciudadana y difusión Son alrededor de 30 personas de la Región de Coquimbo que participarán de estos talleres para obtener una certificación y ser parte de la oferta turística cultural de la localidad de Guanaqueros.
Labor científica
El desarrollo de la “Ruta de las Piedras Tacitas” nació a partir de la necesidad de la comunidad y el interés de la ciencia de conocer el patrimonio arqueológico y cultural de Guanaqueros. Paloma Núñez, encargada de Ciencia Ciudadana del CEAZA relata que “investigadoras, investigadores y la comunidad elaboraron un primer informe autogestionado sobre la riqueza arqueológica que tiene Guanaqueros y sus alrededores. Este conocimiento generado el año 2019 sustenta todas las acciones posteriores en torno a la educación, al turismo y la colaboración con las instituciones públicas, privadas, el sector gastronómico y los pescadores, que confluyen en este territorio. Entonces, la oportunidad que entrega esta ruta de las tacitas es enorme, hay mucho interés y será un gran avance en la puesta en valor del patrimonio natural y cultural de la Región de Coquimbo”.
Asimismo, la iniciativa contempla acciones estratégicas desde el punto de vista comercial. Así lo detalla Valeria Briones, directora de Savia Consultores e integrante del equipo de trabajo del proyecto, al expresar que en esta iniciativa “mi rol consiste en apoyar el diseño de la ruta arqueológica como producto turístico y generar distintas estrategias para que podamos integrar la ruta a la oferta turística que existe actualmente en Guanaqueros. Dentro de los talleres que se están desarrollando, está considerado que realicemos algunos talleres para trabajar este producto turístico con todos sus componentes y requerimientos, identificar a los clientes y a partir de ello diseñar una estrategia comercial y un plan de marketing”.
La actividad liderada por el Vicerrector de Investigación y Postgrado, Dr. Eduardo Notte, buscó entregar antecedentes sobre las investigaciones, difusión y divulgación que realiza la ULS en la temática.
La contaminación lumínica es una problemática que se requiere abordar como país, ya que la pérdida progresiva de la capacidad de observar el firmamento, por consecuencia de la contaminación lumínica, genera efectos en el ecosistema y su diversidad, con impacto en aves migratorias, en flora y fauna marina, y también, en la salud humana.
La Subsecretaria de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e innovación Dra. Carolina Gainza, visitó el Instituto de Investigación Multidisciplinario en Ciencia y Tecnología ULS, instancia en que junto al Seremi de Ciencia Macrozona Centro, Jorge Soto, compartió con el Vicerrector de Investigación y Postítulo, Dr. Eduardo Notte, y la Decana de la Facultad de Ciencias, Dra. Amelia Ramírez y se reunió con el Grupo de Investigación para el Cuidado del Cielo Nocturno, para conocer antecedentes sobre las investigaciones, difusión y divulgación que realiza la Universidad de La Serena en la temática.
El grupo conformado por astrónomos de la ULS, NoirLab y la Oficina de Protección de la Calidad del Cielo del Norte de Chile – OPCC, entregaron antecedentes del fenómeno de la Contaminación Lumínica y las acciones concretas en el territorio para abordar la problemática y los proyectos e instancias de divulgación y difusión en la región.
La Subsecretaria Gainza manifestó estar “gratamente sorprendida por la calidad del trabajo que se está realizando en la Universidad de La Serena, no solo en la investigación astronómica, en la problemática de la Contaminación Lumínica, sino también en cómo han sabido sacar un tema, que puede parecer muy árido, y lo han llevado a las implicancias que esto tiene en materias económicas, social, medioambiental y en materia cultural”.
En ese sentido el Vicerrector de Investigación y Postgrado de la ULS, Dr. Eduardo Notte Cuello, detalló que ha sido un agrado recibir a la Subsecretaria y al Secretario Regional Ministerial de CTCI de la Macrozona Centro, Dr. Jorge Soto, “sobretodo porque es la primera visita oficial de la subsecretaria a regiones y lo quiso hacer a la Región de Coquimbo y muy especialmente a la Universidad de La Serena”.
Respecto al trabajo científico en la temática de Contaminación Lumínica, el Vicerrector de Investigación y Postgrado, señaló que “éste se está desarrollando por más de tres años de manera pionera en la Región de Coquimbo y el país, ya que este fenómeno no se investigaba anteriormente con el enfoque actual que le han dado los académicos, es por ello que la Secretaria de Estado estaba muy interesada en conocer de primera mano el desarrollo de este trabajo inédito en la región y el país”.
Más de un tercio de los habitantes del planeta han perdido la capacidad de observar la Vía Láctea, la galaxia en la cual habitamos y donde la Contaminación Lumínica sería el principal problema para observar las estrellas.
Así lo manifestó el Dr. Marcelo Jaque, académico del Instituto de Investigación Multidisciplinario en Ciencia y Tecnología de la ULS, quien a su juicio detalla que “lamentablemente hoy la contaminación lumínica es una realidad en la Región de Coquimbo. Distintos estudios que estamos desarrollando muestran que la contaminación, principalmente de La Serena y Coquimbo, están afectando a todos los observatorios turísticos y profesionales de la región”.
Por ello, la ULS ha tomado un compromiso muy significativo con el cuidado de los cielos. Específicamente, el año 2020 se desarrolló la campaña IluminAconciencia, la cual buscaba concientizar a la ciudadanía de los efectos adversos de la inadecuada iluminación.
Sumado a ello, una de las iniciativas que el Grupo de Contaminación Lumínica que está llevando a cabo es el proyecto “Cycle of talks and workshops on light pollution: Building Human Capital and public engagement to Strengthen Astronomy Development in Chile”, que mediante un fondo Gemini-ANID.
Posteriormente, y dando cierre a su visita, la Subsecretaría llegó a las dependencias de la Facultad de Humanidades, donde sostuvo una reunión con el Decano de la macrounidad, Dr. Cristián Noemi, en donde sostuvieron una conversación ligada al trabajo que busca realizar el actual gobierno de incorporar y apoyar el desarrollo de ciencias sociales y humanidades, incentivando un trabajo de investigación transdisciplinario.
En su primera edición, la mirada distintiva que se imprimirá a este programa es la toxicología.
Con gran entusiasmo iniciaron sus clases la primera generación de alumnos del Doctorado de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Norte (UCN), programa que ha sido ampliamente esperado por esta casa de estudios y que recibe a 4 seleccionados de diversas universidades del norte del país.
Según detalla la doctora Paola Haeger, directora del programa, “con este doctorado queremos entregar sólidas herramientas para comprender el desarrollo y tratamiento de las enfermedades crónicas no transmisibles, realizando investigación rigurosa y responsable con nuestro entorno”.
En este sentido, agrega que durante sus 4 años de duración se buscará reforzar además el área de la farmacología y toxicología “es muy importante investigar cómo nuestro entorno y sus condiciones ambientales o sociales afectan el desarrollo e incluso el tratamiento de las enfermedades.”, precisa.
La doctora Haeger hace ver su satisfacción porque el programa contará con estudiantes que provienen de la zona norte del país “porque ese siempre ha sido otro de nuestros objetivos, el potenciar la investigación y el conocimiento en este territorio”.
Por su parte, el Decano de la Facultad de Medicina de la UCN, Doctor Osvaldo Iribarren Brown, manifestó que el inicio de este doctorado va a quedar en los anales de la facultad y de la Universidad Católica del Norte, porque ha sido un proyecto ampliamente esperado por la comunidad universitaria. “Además en estos días se inicia el proceso de autoevaluación para su acreditación y una de las bases en las cuales en las cuales esperamos poder incrementar de 6 a 7 años la acreditación de la universidad es en el aumento de los doctorados que imparte”.
La autoridad universitaria resaltó además el aporte que va a significar para el estudio de la ciencia. “Estos estudiantes van a permitir que nosotros desplacemos la frontera del conocimiento, que hagamos aportes trascendentales a la ciencia y a la tecnología, porque esa es la tradición de las universidades que tienen doctorados. Por lo tanto, nos llena de satisfacción, porque fue un objetivo muy apreciado, muy querido y que hoy día finalmente se concreta”.
Representantes del norte
En tanto, los estudiantes que serán parte de esta primera generación del doctorado de Ciencias Biomédicas manifestaron su satisfacción por iniciar este camino de ampliar sus conocimientos y manifestaron que esperan que las investigaciones que concreten puedan llegar a ser un aporte en el futuro.
Johana Defranchi viene del área de ciencias del mar y hace dos años está trabajando en diagnóstico de Covid-19 en los laboratorios de la Facultad de Medicina de la UCN Coquimbo. “Me abrió una visión súper distinta a lo que yo hacía, porque llevo aproximadamente 10 años trabajando en biología molecular, entonces, el ver acá que lo que tú puedes hacer lo puedes aplicar a las ciencias médicas, el poder hacer un aporte, poder ayudar y avanzar en eso es mi objetivo”, precisó.
Carlos Flores es médico veterinario de la Universidad Mayor, especialista en sanidad animal de la universidad de Mar del Plata y magister en Ciencias Veterinarias de la Universidad de Chile. Trabajó en el laboratorio de biología veterinaria en la Universidad Mayor y actualmente trabaja en la Universidad de El Alba en patología general y patología específica. “Quiero poder aprender y utilizar herramientas moleculares en diagnóstico oncológico y también en el área de fisiopatología, toxicología e inmunología. Es importante ser parte del proceso de inicio de un programa, participar en la formación, en la creación de líneas de investigación y poder acoplarnos a laboratorios que están instaurados”, precisó.
Por su parte, Ricardo García estudió bioquímica en la Universidad de Antofagasta y ha realizado tesis en otras universidades como colaboraciones. “El impacto que yo espero tiene que ser algo notable, que responda a las necesidades de la región, porque uno como ha desarrollado vida y trabajo en esta zona entiende la perspectiva de la gente que ya es de acá. La propuesta es poder tomar todo lo que se enseña en el doctorado y poder aplicarlo a las necesidades de la gente, porque la ciencia está para aportar una solución a las personas que más lo necesitan”.
Rodrigo Calderón, en tanto, es bioquímico formado en la Universidad de Chile, con un magister en la Universidad de Barcelona, trabaja en la UCN por 13 años. Manifestó que “Creo que va a ser una buena oportunidad para actualizar conocimientos, considerando que como docente uno tiene conocimientos básicos que vienen desde la universidad, pero en ocasiones falta la parte más técnica, más actualizada. Creo que es una muy buena oportunidad para poder obtener nuevas habilidades, sobre todo pensando en un enfoque más de investigación”, señaló.
En la quinta sesión del Comité de Coordinación Macrozonal, fueron presentadas las próximas actividades que se buscan activar en las regiones de Valparaíso y Coquimbo durante el año 2022.
Con el propósito de informar las iniciativas realizadas el año 2021 y las actividades que se están diseñando para implementar durante el año 2022, el Nodo CIV-VAL convocó, de forma virtual al quinto Comité de Coordinación Macrozonal (CCM), conformado por el Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Centro, Jorge Soto y representantes de las instituciones socias del Nodo, y del sector privado, quienes son los encargados de validar el trabajo del equipo ejecutivo como sugerir acciones a desarrollar.
Cabe recordar que la iniciativa “Articulación y consolidación del Nodo ‘CIV-VAL’ para la aceleración del impacto territorial de la CTCi en la Macrozona Centro” es financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y ejecutada por ocho instituciones de las regiones de Valparaíso y Coquimbo (PUCV, UV, UTFSM, ULS, UCN, CINV, CEAZA, CREAS), que trabajan en conjunto desarrollando acciones piloto.
Durante la quinta sesión, se presentó la propuesta denominada “Programa Ciencia y Territorio”, que busca realzar la importancia del territorio y la voz de los actores locales, potenciando la articulación con empresas del sector privado y la ciudadanía en las regiones de Valparaíso y Coquimbo.
En esa línea, el director del Nodo CIV-VAL y director de Incubación y Negocios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Etienne Choupay, explicó que para el Nodo CIV-Val en el año 2022 “el principal propósito es posicionar al Nodo CIV-VAL como ente articulador entre los distintos actores de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación en la Macrozona Centro, tendiendo a un trabajo sinérgico y colaborativo en la articulación de capacidades y oportunidades CTCi”.
En la instancia, también se anunció el trabajo colaborativo que se mantendrá entre el Nodo CIV-VAL y el nuevo Nodo Laboratorio Natural Océano Centro-Norte que aborda las regiones de Atacama, Coquimbo y Valparaíso, y tiene como objetivo priorizar y fortalecer la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación, contribuyendo al crecimiento social y económico de los territorios desde una mirada ecosistémica, sostenible y multisectorial en torno al océano.
Taller participativo
Para potenciar la retroalimentación y sinergias entre los asistentes, se realizó un taller participativo, donde se plantearon preguntas consideradas clave para el ecosistema de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación: ¿qué acciones propondría usted para facilitar la articulación del Nodo CIV-VAL con empresas CTCi de la Macrozona Centro? Y ¿qué acciones propondría usted para facilitar la articulación del Nodo CIV-VAL con la ciudadanía en materia de CTCi? Estas interrogantes dieron pie a una interesante conversación entre los participantes.
En ese sentido, Pier-Paolo Zaccarelli, past president de la Cámara Regional del Comercio de Valparaíso (CRCP), destacó la importancia de “realizar reuniones con empresas, académicos, científicos y dialogar sobre temas que a esas empresas les puedan interesar de acuerdo a las áreas prioritarias en las que se van a trabajar, como por ejemplo <Alimentos>, y a la vez, ir canalizando las herramientas necesarias para avanzar en las acciones concretas”.
Por su parte, Wolfgang Stotz, secretario de investigación de la Universidad Católica del Norte (UCN), sede Coquimbo, hizo hincapié en el desafío de “generar también al interior de las instituciones académicas y en las diferentes unidades, mayor visibilidad de la tarea del Nodo CIV-VAL no como proyecto, sino como institución”.
Finalmente, es importante recalcar que, durante los próximos meses, el Nodo CIV-VAL continuará trabajando para la aceleración del impacto territorial de la CTCi en la Macrozona Centro, específicamente en la ejecución de actividades experimentales que contribuyan a avanzar en la articulación de los distintos actores claves y públicos objetivos de las regiones de Valparaíso y Coquimbo.
Durante la segunda sesión del Comité de Coordinación Macrozonal, fueron presentados los resultados de la “Consulta Nodo CIV-VAL”, que entregó una radiografía general sobre las prioridades temáticas en las regiones de Valparaíso y Coquimbo.
Con el propósito de informar respecto a los avances en la etapa de diagnóstico, el Nodo CIV-VAL convocó, de forma virtual el pasado jueves 10 de junio, al segundo Comité de Coordinación Macrozonal (CCM), conformado por representantes de la academia y el sector público y privado, quienes son los encargados de aportar con ideas y validar el trabajo del equipo.
Cabe recordar que la iniciativa “Articulación y consolidación del Nodo ‘CIV-VAL’ para la aceleración del impacto territorial de la CTCi en la Macrozona Centro” es financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y ejecutada por ocho instituciones de las regiones de Valparaíso y Coquimbo (PUCV, UV, UTFSM, ULS, UCN, CINV, CEAZA, CREAS), que trabajarán en conjunto durante 24 meses para identificar las brechas que han limitado el desarrollo científico en el territorio e implementando acciones piloto.
Durante esta segunda sesión, fueron presentados los resultados de la “Consulta Nodo CIV-VAL para la aceleración del impacto territorial de la CTCi”, que permitió disponer de una radiografía general sobre las prioridades temáticas de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación en las regiones de Valparaíso y Coquimbo. La encuesta circuló de forma masiva entre un mapa de actores identificado previamente por el Nodo CIV-VAL, que incluyó a representantes de universidades, centros de investigación, la sociedad civil y el sector público y privado.
En esa línea, el director del Nodo CIV-VAL y director de Incubación y Negocios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Etienne Choupay, aseguró que esta primera consulta permite avanzar y “contribuir a la creación de una hoja de ruta que logre identificar claramente, a partir de las capacidades de desarrollo científico y tecnológico que existen en la macrozona, de qué forma podemos impulsar acciones que potencien el territorio como un bien público en articulación con los otros nodos macrozonales. Además, es un proceso que se está trabajando de la mano con la ANID y los diversos actores que han sido identificados dentro del ecosistema de CTCi”.
Taller participativo
Para potenciar la retroalimentación y sinergias entre los asistentes, se realizó un taller participativo, donde se plantearon preguntas consideradas clave para el ecosistema de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación: ¿qué elementos dificultan o desincentivan la articulación o vinculación entre los actores? Y ¿qué soluciones pueden mejorar el funcionamiento del ecosistema CTCi, en relación a su articulación para el impacto territorial? Estas interrogantes dieron pie a una interesante conversación entre los participantes.
En ese sentido, Andrea Calixto, investigadora del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV), aseguró que una de las principales barreras es la escasez de tiempo para vincular a la academia con el sector privado: “es primordial tener personas dedicadas específicamente a trabajar en la relación con la industria y el desarrollo de la CTCi, pues hay que articularse y extender las confianzas para que esa labor sea reconocida como un trabajo de tiempo completo. Por lo mismo, es necesario incentivar una mayor contratación de personal en esas áreas”.
Por su parte, Wolfgang Stotz, secretario de investigación de la Universidad Católica del Norte (UCN), sede Coquimbo, destacó la necesidad de “trabajar para generar redes con los exalumnos, con el objetivo de mantener el contacto entre las universidades y los profesionales que ingresan al mundo productivo. De esta forma, se potencia el interés en la ciencia y la conexión entre ambos sectores”.
Finalmente, Pier-Paolo Zaccarelli, past president de la Cámara Regional del Comercio de Valparaíso (CRCP), hizo hincapié en que “ambas regiones deben potenciar la asociatividad. Es importante impulsar la capacidad de conectarse para innovar y ser más creativos, convocando a todos los actores de la cadena de CTCi y los stakeholders”.
Es importante recalcar que, durante los próximos meses, el Nodo CIV-VAL continuará trabajando para la aceleración del impacto territorial de la CTCi en la Macrozona Centro, específicamente en la sistematización de estudios y reportes en áreas seleccionadas; talleres de identificación de problemas y/o brechas del ecosistema CTCi macrozonal; entrevistas a actores clave y mesas temáticas, entre otras iniciativas.